Coses de dones… - Santa Águeda 5 de febrero

La imagen de Santa Águeda se venera en la ermita de Santa Llúcia de Valencia y durante el año sus fieles compiten – en el mejor sentido de la palabra – con los de la patrona de la vista. En cierto modo se trata de dos devociones diferentes, pero muy relacionadas.
Cuentan que Santa Lucía, en los primeros años del siglo IV, iba con su madre a la tumba de Santa Águeda, en Catania, a pedir la salud de la mayor. El milagro de la sanación de la madre motivó un mayor compromiso de Lucía, que le llevó hasta el martirio. La muerte de Santa Águeda, según la tradición, se realizó mediante crueles torturas en las que se combinaron el uso de fuego y de la espada y la mutilación de los pechos. También se cuenta que en el momento de su muerte hubo una fuerte erupción del volcán Etna, que se detuvo a los pies del sepulcro.
Sepulcro que estaba adornado por una placa, traída por ángeles, en las que figuraba una enigmática inscripción MENTEM SANCTAM SPONTANEAM HONOREM DEO ET PATRIA LIBERATIONEM. (Actúo de manera piadosa y voluntaria en honor de Dios y para liberar mi patria). De todo esto se dedujo que la Santa iba a proteger a las mujeres, en sus enfermedades, así como de los incendios, los terremotos y las erupciones de volcanes. Por eso muchas campanas antiguas llevaban esa misteriosa inscripción, para proteger a la comunidad de fuegos, terremotos, rayos y centellas, protección que con el paso de los siglos fue asumida por Santa Bárbara.
Volviendo a la ermita de Santa Llúcia diremos que la primera imagen que hay nada más entrar al templo a la derecha es la de Santa Águeda, una de las más antiguas expuestas a veneración, precisamente por esa necesidad primitiva de buscar remedios a la enfermedad a través de los santos. Sin embargo no consta en los archivos de la Cofradía, que contienen documentación desde el siglo XV, el origen ni el desarrollo de esta ancestral devoción.
La ermita es, pues, un templo contradictorio y lleno de simbolismos. Es una ermita aunque se encuentra en una ciudad. Está dedicada a dos santas relacionadas entre sí, y de celebración próxima, al principio y al final del invierno. Para acceder a la iglesia hay que bajar, es decir hay que acercarse a lo sagrado. El templo es en parte húmedo y profundo, como cuerpo de mujer, y es ahí donde las mujeres piden por su salud.
La fiesta se celebra a lo largo del día 5 de febrero, sin vísperas ni novenas, pero el templo se llena esa jornada durante las diversas celebraciones eucarísticas, especialmente en la misa cantada, que ahora tiene lugar por la tarde. El altar de la santa se llena de flores, de devotas agradecidas, y numerosas son las que acuden, sobre todo ese día, pero también de forma anónima, a lo largo del año, para pedir la salud de su cuerpo, especialmente de sus pechos. Incluso no faltan las que participan, en nombre suyo, de sus hijas y de sus nietas, para poner los medios espirituales que eviten futuras enfermedades, de nombre maldito.
LLOP i BAYO, Francesc
LLOP i BAYO, Francesc (27-07-2009)
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