Campanas de México

Campanas para una tarde extraña

Hoy hace una tarde extremadamente otoñal. Se ven las nubes sobre el mar, que en ocasiones son blancas y en ocasiones negras como el carbón, adentrarse hacia la ciudad para ducharnos sin misericordia de vez en cuando. Como para no olvidar que estamos en Gijón, que estamos en noviembre. Se va haciendo de noche.

Tarde perfecta para apoltronarse en el sillón y escuchar nada mientras se lee un buen libro.

Pero de pronto, algo rompe la paz. ¿Estamos en Oviedo?

Llevo todo el día oyendo, quizás en fase de pruebas, el himno de Asturias a la hora en punto. El tañido proviene de un campanario no muy lejano, y aún es tímido. ¿Se instituirá semejante costumbre?

Entretanto, desfila por los dedos el café caliente y la historia de Rambal, vecino del barrio brutalmente asesinado hace ahora 37 años. Desfila la crónica negra y ahí fuera, en Twitter, tres de los diez temas más comentados son la lluvia, el diluvio y la tarde para quedar en casa.

Con las campanas de fondo.

CARANTOÑA, Alejandro

Los Cuadernos de Cimavilla (05-11-2011)