| Fecha de construcción |
Siglos XV-XVI |
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Descripción |
Junto al ábside de la iglesia se levanta una torre rectangular apeada sobre la bóveda de crucería que cierra el pórtico gótico del templo. Una balconada corrida con sendas bolas en las esquinas, propia de la arquitectura del Quinientos en estos territorios, rodea el cuerpo de las campanas, hexagonal, con las caras principales notablemente más anchas que las esquineras. En cada uno de los lados del cuerpo de campanas se abren sendos portales moldurados y, sobre ellos, óculos. El campanario está rematado por un pronunciado chapitel, con mansardas para la iluminación de sus estancias interiores y rematado por un templete igualmente hexagonal, que alberga las campanas del reloj.
El acceso al campanario se establece a través de una escalera helicoidal con espina central, que se desarrolla en el interior de una caja aneja al primer cuerpo de la torre. A pocos metros de la estancia de las campanas esta escalera pétrea da acceso a las estructuras lígneas del interior del campanario, que facilitan el acceso a la estancia donde se ubican los bronces y, desde aquí, a los distintos niveles del chapitel. |
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Graffitti |
La torre conserva un importante conjunto de grafitis históricos, que serían merecedores de un estudio en profundidad y, por descontado, de ser tenidos en consideración en una eventual restauración del campanario. Los escritos se extienden desde el primer tramo de las escaleras del campanario hasta el chapitel de las campanas del reloj, donde se concentra la mayor parte de ellos. Pertenecen mayoritariamente a hombres y mujeres que visitaron la torre, desde comienzos del siglo XX hasta tiempos recientes, que dejaron constancia de sus nombres y de la fecha de su visita. Si bien se han documentado escritos anteriores, como un año 1881 inciso en una de las saeteras que ilumina las escaleras del campanario. En la caja de las pesas del reloj, en lo alto de la sala de campanas, hay inscritos al menos tres nombres de grandes proporciones, "SANTIAGO MANSO.", "JESUS RUIZ." y "PEDRO RODRIGO, cuya identidad cabría esclarecer. |
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Estado actual |
El interior del campanario se encuentra en un estado muy deficiente, tanto higiénica como estructuralmente. Hasta la reciente instalación de las redes contra las aves, el interior de la torre ha permanecido desprotegido de la abundante suciedad provocada por estos animales. La nueva protección, aunque eficaz para evitar la entrada de aves al campanario, no ha solucionado (como sí lo ha hecho en San Miguel) el problema de la suciedad de las campanas, cubiertas de espesas capas de excrementos, que las corroen, afectan a su sonoridad y dificultan e incluso imposibilitan la interpretación de sus inscripciones; no ha previsto un posible futuro volteo de la campana mayor; ni ha protegido el templete del chapitel.
Las campanas litúrgicas, además, mantienen en un avanzado estado de degradación sus yugos metálicos, posibles causantes de la rotura de la menor de ellas; y presentan otras deficiencias de conservación, como el desprendimiento de badajos o el abandono de los sistemas de volteo automático.
Las estructuras de madera que dan acceso a la sala de campanas y al remate, aunque mayormente estables, necesitarían de una pronta restauración, en que se valore la conservación de los grafitis históricos que estas partes de la torre conservan. |
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Campanas |
El campanario de San Pedro cuenta con un gran conjunto de campanas, propio de una parroquia de importancia como esta. En una disposición semejante a la catedral, las seis campanas de la torre están reunidas en torno a dos conjuntos de funciones diferenciadas, simbólicamente situados en espacios distintos del campanario. Los ventanales de la sala de campanas acogen las cuatro campanas litúrgicas de la parroquia: dos esquilones obra del fundidor vitoriano Esteban Echebaster en 1860 y 1854, respectivamente; y dos campanas romanas de grandes proporciones, fundidas, la primera en 1954 por la fundición local de la Viuda de Murua y la mayor en 1579 por el fundidor cántabro Roque de Naveda Güemes, autor en aquella misma fecha de una esquila actualmente desaparecida. La mayor de las campanas de la torre se trata de una extraordinaria pieza de transición en que se combina la escritura gótica con la humanística, difícil de interpretar, sin embargo, bajo las condiciones actuales.
En el interior del templete que corona el chapitel del campanario se sitúan las dos campanas del reloj, todavía conectadas a su maquinaria y en funcionamiento por acción de la misma. Una campana de cuartos, fundida en 1956 de la fundición de la Viuda de Murua, autora también de la maquinaria horaria; y una gran campana de las horas y medias, obra de Pablo de Ballesteros Mazo en 1823, cuyas inscripciones, con referencias históricas, la convierten posiblemente en una pieza sin parangón. |
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Toques tradicionales de campanas |
A falta de un estudio en profundidad sobre los toques tradicionales de las campanas de San Pedro, las antiguas marcas de grasa presentes en los muros laterales de los ventanales parecen poner de manifiesto que las cuatro campanas litúrgicas de esta torre debieron tener movimiento y seguramente voltear, como es frecuente en estas latitudes de la geografía peninsular. Del mismo modo, algunas de ellas (si no todas) debieron ser repicadas, con seguridad desde la propia sala de campanas y posiblemente también desde alguna estancia intermedia de la torre, pues su base la constituye el pórtico de entrada a la iglesia y, por lo tanto, las cuerdas procedentes de las campanas no debieron descender hasta los pies del campanario, como es frecuente en la campanología. |
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Toques actuales de campanas |
Las deficientes instalaciones actuales solamente permiten el volteo automático de los dos esquilones y de la mediana, única campana en movimiento a día de hoy, pues los motores de impulsos de las pequeñas se encuentran desconectados. De hecho, la menor de ellas, rota, no debe ser puesta de nuevo en uso; y al esquilón mayor, antes de ser conectado de nuevo, se le debería reajustar el badajo. La extraordinaria campana mayor, en un estado muy delicado, se limita a repicar con un mazo que la golpea en el borde interno. |
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Toques propuestos de campanas |
Sería recomendable la investigación, a través de fuentes orales y archivísticas, de los antiguos usos de las campanas de la parroquia, para su posterior programación en el ordenador de los toques automáticos y su interpretación manual puntual. |
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Actuaciones |
En una fecha indeterminada del siglo XX la fundición vitoriana de la Viuda de Murua sustituyó los antiguos yugos de madera por otros metálicos, probablemente como el primer paso para una electrificación integral que nunca llegó a consumarse por parte de esta empresa. No sería hasta décadas más tarde cuando, una empresa cuya identidad desconocemos, instaló a las tres campanas menores sendos motores de impulsos para el volteo y a la mayor un electromazo para repicar automáticamente. |
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Propuestas |
El conjunto de campanas debería someterse a un proceso de restauración bien concebido por parte de técnicos competentes en la materia. Cualquier intervención sobre las cuatro campanas litúrgicas habría de contemplar principalmente la sustitución de sus contrapesos de fundición actuales por otros de madera, en cuyo diseño debería seguirse el perfil de los antiguos, probablemente visibles en imágenes históricas de la torre. La suciedad que cubre actualmente las campanas hace necesaria una limpieza de las mismas interior y exteriormente, que respete los grafiti históricos que la mayor contiene. Por último y no menos importante, las cuatro campanas deberían ser dotadas de sendos electromazos de última generación y motores de impulsos, mecanismos de toque automáticos que, conectados a un ordenador central, podrían reproducir los toques históricos de la parroquia y facilitar los toques manuales que puntualmente se realizan en la torre.
La puesta en pleno funcionamiento de las campanas debería ir acompañada, si bien, de un replanteamiento de los mecanismos de protección frente a las aves. Aunque sería admisible la solución aplicada en los ventanales de las tres campanas menores, parece mucho más recomendable llevar a San Pedro la solución aplicada en los ventanales de las campanas mayores de San Miguel, con rejas exteriores apenas visibles a pie de calle, que impiden la entrada de aves al mismo tiempo que protegen también las campanas de los excrementos ácidos de estos animales.
Las dos campanas del reloj, en pleno funcionamiento por acción de la maquinaria situada bajo ellas, no precisarían más que de un leve mantenimiento, para revisar la estabilidad de sus sujeciones, que habrían de ser conservadas íntegramente en caso de intervención más profunda. |
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Notas |
Documentación realizada acompañados por el párroco, D. José Luis Querejazu. |
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AutorAZCÁRRAGA GONZALO, Álvaro (25-07-2005) LLOP i BAYO, Francesc (07-03-2009) SARRIÓ ANDRÉS, Pau M. [Documentación del interior del campanario, de sus campanas y del reloj] (01-12-2019) |
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