Torre de Santa María de Navas de Oro - Autor: EL NORTE
La pieza histórica, que está siendo restaurada en Toledo, será expuesta en el interior de la Casa Consistorial
Tras años de mal funcionamiento, el ayuntamiento de Navas de Oro ha decidido mandar restaurar el antiguo reloj de la Torre de Santa María para exponerlo públicamente. En su lugar se instalará uno electrónico que asegure un correcto funcionamiento y dé utilidad a los vecinos.
«La idea surgió porque el reloj de de la Torre de Santa María llevaba años sin funcionar bien, se atrasaba, se adelantaba. Teníamos a un señor que subía a la torre cada dos días para darle cuerda, pero ya es mayor y las escaleras no son fáciles de subir, y ya tampoco se hacía con él porque tiene un mecanismo difícil pero los vecinos nos pedían que se arreglara», señala la alcaldesa, Carmen Pinela. El equipo de Gobierno decidió pedir varios presupuestos para su restauración, pero todos resultaron muy elevados y no garantizaban el funcionamiento.
Como solución momentánea, un funcionario municipal subía hasta el reloj en fechas señaladas, consiguiendo que funcionase más o menos bien durante unos días, para volver a fallar poco después. Ante la insistencia de los vecinos se pidió presupuesto a varios relojeros. «Nos dijeron que con los años el reloj había sido modificado y que para recuperarlo y que funcionara debía volver al estado original, pero al faltar piezas se tendrían que mandar hacer a un herrero porque ya no existen y ni aun así volvería a ser el reloj de antes pues en su funcionamiento puede llegar a influir hasta la climatología», comenta la regidora.
«Finalmente se ha tomado la decisión de colocar en la torre uno electrónico que garantice dar las horas correctamente y el antiguo se está restaurando y se colocará en el Ayuntamiento para que todo el mundo pueda verlo e incluso funcionar en determinados momentos», desvela Pinela, quien destaca que pese a buscar diversas subvenciones para costear los gastos, será el Consistorio el que se haga cargo de los cerca de 6.000 euros que costará el nuevo y la restauración del antiguo.
Javier López es el artesano relojero que se encuentra reparando el reloj de Navas de Oro en su negocio de Navalucillos, en la provincia de Toledo, un negocio que le viene de familia, pues son ya varias generaciones de restauradores e instaladores de relojes monumentales.
«Hicimos un arreglo momentáneo para salir del paso porque la gente parece que solo se acuerda de estos relojes para las doce uvas, pero como requiere darle cuerda casi a diario y un mantenimiento, han optado por poner uno electrónico». En el proceso de restauración se le ha sacado el color y se ha sustituido la esfera interior porque al echarle determinados productos se ha deteriorado. Además, el eje estaba torcido porque ha sido muy manipulado a lo largo de los años.
Javier reconoce que el mecanismo es similar a otros, «pero cada reloj es un mundo porque algunos están hechos a la carta y la mayor dificultad es saber cómo restaurarlos». El de Navas de Oro pesa más de 150 kilos, por lo que tuvo que desmontarlo en lo alto de la torre y trasladarlo en furgoneta hasta el pueblo toledano de Navalucillos. Una vez concluida su reparación, el propio restaurador lo instalará en una vitrina de exposición en la Casa Consistorial. Además, el artesano dará una charla a los vecinos sobre el reloj y su funcionamiento. «En todos los pueblos hay relojes similares. Son relojes públicos porque, aunque estén en las iglesias, suelen ser propiedad de los ayuntamientos. Pero se van perdiendo poco a poco. Solo se conservan en lugares donde hay algún relojero o gente que lo mantenga casi por capricho, pues los ayuntamientos no disponen de personal para estar cada dos días subiendo a una torre a darle cuerda porque se atrasan y se adelantan mucho».
El reloj de Navas de Oro,está ubicado en la torre de estilo románico de la antigua iglesia de Santa María, del siglo XVI. Tras desaparecer el resto de la iglesia, la torre se empezó a utilizar, entre otras cosas, para guardar los caudales del ayuntamiento, pues era el lugar más seguro del pueblo, y contaba con un vigilante. El reloj se colocó en 1895. Se hicieron cuatro huecos circulares, uno en cada pared de la torre, y se colocaron cuatro esferas en hierro galvanizado y trece sectores de cristal esmaltado para los números.
«En aquella época existían pocos relojes y la gente que trabajaba en el campo o en el pinar se guiaba por el sol para saber la hora. Al poner el reloj, las campanadas de las horas se oían desde todos los lugares del término. Fue algo que todos agradecieron. De hecho, la gente mayor tiene el reloj de la Torre como un icono de Navas de Oro», afirma la concejala de Cultura, Isabel Centeno.
Originalmente, era un reloj de treinta horas de cuerda, que daba las horas y las medias. Había que darle cuerda todos los días, para lo cual había una persona encargada, el recordado señor Julio. Posteriormente se modificó para no tener que subir todos los días. El reloj posee un campanario de forja, con una campana de la desaparecida iglesia de Santa María, que es golpeada para dar las horas por un martillo de diez kilos de peso, accionado por el mecanismo. Las pesas del reloj tienen una caída de quince metros en el interior de la torre, y un peso de catorce y noventa kilos.
Construido en Palencia, lo instaló Moisés Diez, como consta en una placa adherida al reloj en junio de 1895, y su coste fue de 3.000 pesetas, todo un dineral en aquellos años. Como anécdota documentada, tres años después de poner el reloj, hubo un intento de asaltar la torre para llevarse los caudales, pero fracasó, gracias al cabo de vigilancia de la torre y al sereno del pueblo.
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