Un momento de la colocación de la bandera blanca - Autor: LÓPEZ ARTILLO, Ana / JACETANIA EXPRESS
Un momento de la colocación de la bandera blanca - Autor: LÓPEZ ARTILLO, Ana / JACETANIA EXPRESS
La bandera blanca en el campanario de la Catedral de Jaca, que tradicionalmente indicaba que la ciudad estaba libre de epidemias, ondea, desde esta mañana, con más significado que nunca.
Como cada año, y esta vez coincidiendo con el fin del confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus, la bandera nueva era colocada en lo más alto de la seo. Un hecho que ha sido recibido por numerosos jaqueses como una señal de esperanza ante los primeros rayos de luz tras la pandemia.
Un momento de la colocación de la bandera blanca - Autor: LÓPEZ ARTILLO, Ana / JACETANIA EXPRESS
Históricamente, la colocación de la bandera significaba que la ciudad estaba limpia de epidemias -en concreto, de la temida peste y de otras enfermedades contagiosas que han diezmado poblaciones enteras a lo largo de los siglos- y dejaba el paso libre a los peregrinos que debían seguir el Camino de Santiago para honrar al Apóstol, procedentes del Camino Francés por el Somport. Era una de sus atribuciones, pero tenía muchas más.
En el caso de la Catedral de San Pedro, ya quedaba reflejada esta costumbre en documentos que datan del siglo XVI, según el Museo Diocesano de Jaca. Su significado se hacía extensivo a la protección de la Catedral frente a malas tormentas y a los rayos. Pero también se ha asociado a tiempos de paz o a la presencia del Obispo de Jaca en la ciudad.
Un momento de la colocación de la bandera blanca - Autor: LÓPEZ ARTILLO, Ana / JACETANIA EXPRESS
En todo caso, la bandera blanca siempre ha sido un símbolo de protección para los jaqueses. Sea como fuere, es inevitable establecer paralelismos con otros momentos históricos, tras la situación actual generada por la crisis sanitaria del Covid-19. Y, desde hace unas horas, la bandera blanca luce de nuevo en lo más alto de la Catedral.
Una tradición documentada desde el siglo XVI
A este carácter protector contra la enfermedad aluden, por ejemplo, Aradillas e Íñigo en su libro El Ebro, Río de Turismo, cuando se refieren al Aragón como «río jacobeo por antonomasia»: «El río Gas se une con el Aragón en Jaca, población en la que todavía puede y debe admirarse el cielo azul que por su nitidez y limpieza sorprendía a los peregrinos medievales que en él buscaban la imagen y el brillo del homónimo Camino de Santiago en la Vía Láctea (…). Desde la Edad Media ondea simbólicamente en lo más alto de su torre -de la Catedral de San Pedro- una bandera blanca que proclama que los peregrinos del Camino pueden entrar en el recinto de la ciudad porque en ella no hay pestes'».
Tradicionalmente, la bandera blanca es el paño con el que se cubre el fondo de la arqueta del Monumento del Jueves y el Viernes Santos. Cada año, generaciones de jaqueses han visto cómo se cambiaba, por estas fechas y cumpliendo con la tradición, el lienzo, no sin antes ser bendecido.
Durante muchos años, Santiago Ara Pérez, conocido agricultor jaqués, fue el encargado de realizar esta tarea con el sacristán Ochogavía. En la pirmera imagen, aparecen los dos junto al también jacetano Pedro Juanín.
La torre de la Catedral de Jaca tiene siete campanas, dispuestas en tres plantas. La más antigua, datada en el siglo XIV. Las cuatro inferiores, que son las que mejor se aprecian desde el suelo, se utilizan para uso litúrgico.
Se cree que, en su momento, las dos campanas superiores tenían la misma utilidad que la más alta -conocida como campana de las horas-, instalada en la veleta. Allí es, precisamente, donde se coloca cada año la bandera blanca. Y desde allí se vuelve a contemplar, desde hoy y en su máximo esplendor, ondeando desafiante al viento, como símbolo protector de la ciudad. Siempre ahí cuando los jaqueses levantan la vista al cielo.
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