Una de las campanas de la basílica de Santa María perdió su badajo durante el volteo de la procesión del Domingo de Ramos. La pieza de hierro de varias decenas de kilos de peso no salió afortunadamente del campanario. Abajo, en la plaza del Congreso Eucarístico cientos de personas seguían la procesión. A cuatro meses del inicio de las representaciones del Misteri, el suceso ha puesto de manifiesto el precario estado de las campanas que constituyen un elemento de primer orden para la celebración de la coronación de la Virgen de la Asunción.
El dispositivo eléctrico que posibilita actualmente el volteo de las campanas no ha sido objeto de intervención alguna desde que se instaló hace 45 años. El motor que movía la campana mayor dejó de funcionar hace tres años.
Hace apenas un año se desprendió el badajo de otra. Durante la reparación, se advirtió que su motor estaba ya en las Últimas. Hace seis meses se quemó. El pasado domingo se resquebrajó el badajo de hierro de una de los dos que todavía permanecían activas. En estas condiciones, el repique de campanas mediante el sistema eléctrico resulta inviable, segÚn reconocía ayer el sacristán de la basílica, Manuel Fernández.
Esta operación se lleva a cabo fundamentalmente durante las principales fiestas de la ciudad como el Domingo de Ramos, Domingo de Resurrección, el Corpus Christi, la Venida de la Virgen o la coronación de la patrona durante las representaciones del Misteri, aunque también ha habido volteos en acontecimientos importantes para la vida de la ciudad como las dos declaraciones de Patrimonio de la Humanidad o el Último ascenso del Elche Club de FÚtbol.
El ayudante del sacristán, José Guillén -que lo fuera de la parroquia de El Salvador durante la época en que, por la construcción del actual templo, todos los oficios se trasladaron a la basílica- intentará durante la procesión del domingo hacerlas sonar de forma manual. «Antiguamente los campaneros, con cuerdas en los pies y las manos, hacían tocar hasta cinco campanas, pero estamos hablando de una personas que ahora tiene 73 años», señala Manuel Fernández.
Pero más allá de la procesión de las Aleluyas, que supone una de las tres salidas anuales de la patrona de la ciudad, preocupa la repercusión que pueda tener sobre las representaciones del Misteri, declarado hace dos años Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. SegÚn figura en el Consueta de la representación, la coronación de la Virgen de la Asunción se celebra con disparo de cohetería y repique de campanas, algo que, hoy por hoy, resulta inviable.
Ante el deterioro de las campanas, la empresa especializada que se encargó el pasado año de la restitución del primer badajo que se desprendió, de la sustitución de los cables de seguridad de todos ellos y de la revisión de los motores, elaboró un informe técnico sobre el estado de conservación y presentó una valoración económica de la restauración de todo el conjunto que asciende a 15.680 euros (2.600.000 pesetas).
Debido a su valor artístico, la intervención requiere de la correspondiente autorización de la dirección general de Patrimonio. Además, por delante queda un mínimo de dos meses de trabajo cuando apenas quedan cuatro para el inicio de las representaciones del Misteri.
El precario estado de las campanas de la basílica ya era conocido desde hace varios meses, entre otros estamentos, por el Patronato Nacional del Misteri que, a través de la Junta Local Gestora, inició las gestiones ante la Diputación Provincial para conseguir una subvención que permita llevar a cabo la intervención propuesta.
El estado de los equipos eléctrico sólo permite en la actualidad el funcionamiento de un sistema de golpeo mediante una maza de hierro situada en el exterior de la campana. Estos toques son los que todavía se pueden escuchar cada día como anuncio del inicio de la misas.
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