La gran campana de 1.331 kilos es la primera que se ha descolgado de la torre gótica de las cuatro que ahora se llevarán a restaurar.
La gran campana de 1.331 kilos es la primera que se ha descolgado de la torre gótica de las cuatro que ahora se llevarán a restaurar.
La operación está siendo complejísima.
La gran campana de 1.331 kilos es la primera que se ha descolgado de la torre gótica de las cuatro que ahora se llevarán a restaurar.
Dificultades desde el primer momento. Descolgar del campanario de la iglesia gótica de Xàbia las cuatro campanas cuesta lo suyo. La empresa 2001 Técnica y Artesanía ya ha bajado la más grande de todas, la "Grossa" o "Bertomeua". Ha sido complejo y espectacular. Los vecinos han seguido, expectantes, la maniobra. Una grúa de brazo articulado ha descolgado este impresionante bronce de 1.331 kilos (en el ranking de las campanas valencianas más grandes ocupa el puesto 45). Los operarios han posado la campana en la plaza como una pluma. Los vecinos han aplaudido con fuerza. La "Grossa" ya está en tierra. No volteaba desde 2004. El problema no es la campana en sí, sino la "trucha" (el yugo y el contrapeso), que es de hierro y está muy oxidado.
La empresa se ha topado con complicaciones desde primera hora. Que entrara el camión grúa en la Plaça Celestino Pons, en el corazón del centro histórico, ya ha sido una odisea. Maniobra y más maniobra. Al final, ha habido que quitar dos de los bolardos con forma de espadones.
El camión ha llegado sobre las 8.30 horas. Pasadas las 13 horas, es cuando se ha logrado bajar la "Grossa". Ahora todo debe ir más deprisa. Falta por descolgar la Mariana, la Sebastiana y la Victòria. Son más pequeñas. Se restaurarán en Nàquera. La Mariana, eso sí, se refundirá en el taller de los hermanos Portillo, en Cantabria. Es de una aleación de hierro y bronce. La "nueva" Mariana será de bronce de ley. Es lo que toca.
Y de eso se trata, de tocar. Las campanas, una vez restauradas, volverán a voltear y repicar. La "trucha" ya no será de hierro, sino de madera. No sufre de herrumbre y absorbe mejor la vibración. Xàbia recuperará los toques tradicionales de campanas. Ahora hay un simulacro. Suena una grabación. El lenguaje del cielo retumbará de nuevo con toda su fuerza y con la variedad de los antiguos toques. En la era de los móviles, las campanas son comunidad y tradición. Xàbia quiere dar la campanada.
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