Cuando paseamos por la calle Mayor de San Vicente del Raspeig en dirección a la Iglesia parroquial dedicada a san Vicente Ferrer, podemos leer en su fachada que la obra se construyó en 1803. Pero las obras comenzaron unos años antes: a mediados de la década de 1780. Una de sus dos torres, la única que se construiría y con la que cuenta actualmente, estaba ya finalizada antes de 1790. El 3 de Agosto de 1792, un hombre, un científico, que lleva el encargo por orden del Rey, Carlos IV, de recorrer España
para examinar los vegetales que en ella crecenllega a San Vicente del Raspeig y sube a su campanario:
la torre o campanario del pueblo es punto oportuno para ver de un golpe casi todo el término y los circunvecinos.
El botánico Antonio José Cavanilles queda admirado con lo que desde esa altura percibe y de lo que los moradores del Raspeig han sido capaces de hacer en una tierra seca y falta del líquido elemento, y escribe
Nada se descubre sin cultivo... y caminé como una hora hácia el norueste para examinar el Raspeig, que comprende los distritos llamados Cañada, Verdegás, Moralét, Serreta, Rebosál, Alcoraya, Rebolledo, y el propio de su nombre; la extensión de todos es de dos leguas de diámetro. No hay en él más agua que las que las zuas sacan de las entrañas de la tierra, y por ser en corta cantidad debe reputarse secano aquel recinto, donde alternan llanuras y colinas hasta los montes occidentales. No hay en el reyno de Valencia prueba más evidente de la aplicación de sus habitantes, y del prodigioso aumento de nuestra especie que la que presenta San Vicente del Raspeig (1)
El tres de agosto de 1785 el obispo de Orihuela don José Tormo erigió - en la entonces ayuda de parroquia -, a petición de
vecinos y moradores del Partido de San Vicente del Raspeig
y con el consentimiento expreso de los cuatro curas de la Iglesia de San Nicolás de Alicante, un curato o vicaría perpetua independiente de Alicante. Con ello se obligaba a que se administrasen todos los sacramentos, se enterrasen los fallecidos, salvo los que de "antiguo" tuviesen sepultura en Alicante, y que se publicasen las amonestaciones que preceden a los matrimonios en la ayuda de parroquia y no en la Matriz (San Nicolás). Además, todos los derechos parroquiales eran para la vicaría que entonces, según Montesinos en su Compendio Histórico Oriolano (1795) (2), la regentaba el cura Antonio Santacruz ya desde el 24 de octubre de 1781. Quedaban, pues, los curas de San Nicolás sin facultad para
percibir parte ni porción alguna de ellaspues son
todos necesarios para la precisa subsistencia del vicario.
El cura Antonio Santacruz en un escrito de fecha 30 de junio de 1786 (3) comunica a Alicante el desarrollo de las obras y dice que
en dicho pueblo se está contruiendo una yglesia al Señor de las limosnas que el ilustrísimo señor obispo, y todos los labradores y vesinos, generosamente conseden".
Tres años después, en 1789, debieron colocarse las dos campanas que se asignaron para la nueva torre. Montesinos en 1795 escribe que
La Iglesia, que se está acabando de concluir por de fuera, es grande majestuosa y de singular primor. Tiene dos puertas principales (...) y dos torres impuestas; en una, que está del todo concluida, hay dos campanas, muy sonoras pero no reloj
Estas campanas, de las que sólo queda una, y que es la mayor del conjunto de las tres que contiene ahora el campanario, debieron ser regaladas por el obispo José Tormo - un año antes de su fallecimiento -, pues la existente lleva la inscripción del año y nombre del obispo: "DON JOSE Y TORMO ANO 1 7 8 9"
Esta campana, la Mayor, está dedicada a San Vicente Ferrer como así se puede apreciar en la inscripción de la advocación que circunda su perímetro superior. Se lee en relieve el versículo del Apocalipsis de San Juan que habitualmente acompaña a la imagen del santo y que comienza con las palabras: "TIMETE DEUM ..." y una invocación al santo que finaliza con : "I ORA PRONOBIS".
El constructor de estas campanas fue el fundidor Juan Bautista Roses del pueblo de Adzaneta (Valencia).
La campana que falta bien pudiera ser la que ahora es la Mediana, situada en la parte oeste del campanario, pues es, según consta en inscripción conmemorativa, una campana refundida en el año 1968 con patrocinio del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig. Esta dedicada a Santa Bárbara - patrona de la artillería, arquitectos, albañiles y protectora contra el rayo, el fuego y la muerte repentina -. Su figura aparece en relieve junto con un castillo y con la siguiente frase que circunda la campana: "SANTA BARBARA RUEGA POR NOSOTROS". Por su advocación sería la destinada a ahuyentar las tormentas.
La más pequeña, fue colocada después de la dos grandes, en 1801. Por ser la más pequeña y por su tamaño se le denomina Tiple. Así pues, la Tiple ha cumplido 200 años. Está dedicada a la Sagrada Familia pues en su inscripción podemos leer: "JESUS MARIA JOSEF ANO 1801" y grabada en relieve una cruz a la que se enrosca lo que parece una rama con hojas, quizás de parra.
Esta campana situada en la parte este del campanario. La que vemos cuando nos dirigimos por la Avenida de la Libertad hacia la Plaza de España. Justo arriba del árbol que ocupa el solar de la antigua casa abadía. Está rota y podemos apreciar desde el interior del campanario que le falta un trozo en la base o pie. Al igual que sus dos compañeras es de bronce y tiene el yugo de hierro de Roses. Es el yugo contrapeso de la campana y parte importante desde el punto de vista acústico. De las campanas que tienen el yugo de madera se obtiene una mayor sonoridad y permiten conservar los toques antiguos. Sin embargo, cuando se electrifican se suele cambiar la madera por el hierro para equilibrarlas más y que los motores no sufran, aunque ello va en perjuicio de la campana.
Las tres tiene instaladas cada una un motor de vuelo continuo para tocarlas. Ya no se utilizan las cuerdas y la fuerza humana. Es más cómodo, pero los toques han perdido en riqueza y en variación. Son más monótonos. De los repiques se encarga un electromazo, excepto la mayor que tiene 2, uno a cada lado. En cuanto a su peso podemos calcularlo aproximadamente a partir de la medida de su diámetro y aplicando una fórmula matemática. Así la grande o Mayor tiene 103 cm. lo cual nos daría un peso de 623 Kg.; la Mediana con 70 cm. de diámetro pesaría 199 Kg. y la Tiple, que tiene 59 cm., pesa aproximadamente 119 Kg. Todo ello sin tener en cuenta el yugo sino sólo el peso de la campana en sí.
El campanario tiene capacidad para albergar a cuatro campanas, pero uno de los vanos, el situado hacia el norte, que mira directamente a la cúpula de la media naranja, no ha sido ocupado nunca.
Cumplen doscientos años las campanas que han marcado los tiempos de nuestros antepasados, y que regían, antes más que ahora, la división horaria del día. Marcaban su vida diaria y los ritmos temporales, los diversos momentos del trabajo, descanso y oración durante el día. Les alertaba de los peligros, y como ahora, anunciaban las buenas nuevas o se entristecían ante la muerte de un miembro de la comunidad. Su voz se oía desde varios kilómetros, hoy la apagan y la ahogan los altos edificios que la rodean y el ruido. Pero ellas, tenaces, siguen marcando momentos de la vida de la comunidad, y con la misma ilusión que siempre nos anuncian nuestras fiestas y voltean, enloquecidas de alegría, cuando da comienzo el día de nuestro santo patrón, san Vicente Ferrer.
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© MARTÍNEZ VERDÚ, Domingo (2002) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 20-04-2024 |
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