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© El Mundo (1996) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 25-04-2024 |
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La población de Os de Balaguer, en la comarca de la Noguera, fue ayer escenario de un singular encuentro: unos 80 campaneros, llegados de las diferentes comarcas catalanas, del resto de comunidades autónomas y también de países como Francia y Holanda, mostraron sus habilidades con los repiques de campana. La reunión tenía por objeto discutir sobre la forma de preservar este oficio, amenazado por la automatización de las campanas.
Jaume Font, a sus 83 años, es uno de los campaneros más veteranos de Cataluña. El oficio lo heredó de su padre, y desde los nueve años está familiarizado con las campanas de la iglesia de Cervera, en la Segarra. Aún hoy, sube dos veces los 140 escalones del campanario de esta población cada vez que debe anunciar el fallecimiento de algún vecino. «Ahora -dice- siempre hago el mismo toque de campana, pero antes había hasta siete diferentes, según la posición económica del difunto».
Jaume Font acude cada año a Os de Balaguer para participar en este encuentro de campaneros, que se empezó a organizar hace nueve años con el objetivo de promocionar este oficio, de larga tradición en Cataluña, pero que se ha ido perdiendo los últimos años, principalmente porque se ha automatizado.
«A mí esto tan moderno del botón no me gusta porque entonces el oficio no tiene gracia», señala Modest Terres, de 75 años y que hasta hace diez fue el campanero de La Sentiu, un pequeño pueblo de la comarca de la Noguera. Al igual que el campanero de Cervera cada año acude fielmente a la cita de Os de Balaguer.
Durante toda la mañana de ayer los campaneros que acudieron a Os pudieron hacer gala de sus habilidades en el campanario de la localidad. Hubo demostraciones de toques de campanas para todos los gustos.
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