Soy una apasionada del Pirineo y lo visito frecuentemente. Me encanta alojarme en establecimientos de turismo rural y las experiencias son siempre positivas. Quisiera hacer una observación que comparten conmigo más personas. Sucede que en los pueblos, es común que los relojes de las iglesias den varios toques de campanas: la hora, el cuarto, la media, menos cuarto, la hora (y de nuevo la hora...).
Esto, para los vecinos habituales, es una señal de su existencia como pueblo y no les causa problema alguno para dormir... pero para quienes no somos residentes fijos, sino que estamos allí una o dos noches, es una verdadera tortura nocturna y en mi caso, de hecho, me hace desestimar alojarme en pueblos con reloj "repetidor" ya que no resulta agradable llegar de una caminata o travesía y tener que dormir con continuas interrupciones.
¿Existe algún planteamiento para compatibilizar el derecho de los pueblos a disfrutar de su reloj, pero limitando su toque en las noches de verano, únicamente a las horas "enteras"...?. Se que hay establecimientos de hostelería que son conocedores de esta circunstancia, que va en contra de su negocio. Gracias y muchos saludos, Mª. Victoria - v.trigo@able.es
© Pirineos.com (2002) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 19-04-2024 |