Las campanas de Sant Jaume se instalaron ayer y volverán a repicar el próximo miércoles
Los repiques volvieron ayer a Moncada. Santa Inés, Santa Bárbara, Santa María del Patrocinio y San Jaime coronan de nuevo el campanario de la iglesia que rinde homenaje al patrón del municipio. Durante toda la mañana los operarios trabajaron para que la parroquia recuperara su sonido tras la restauración de las cuatro campanas.
Decenas de vecinos se congregaron frente a la iglesia para contemplar un acontecimiento que no se producía desde 1939, cuando finalizada la Guerra Civil las campanas se refundieron y volvieron a ocupar la torre de la que salieron durante el conflicto. Ahora, 67 años más tarde, y tras una minuciosa restauración el sonido evoca los repiques de antaño. “Yo era pequeño cuando las subieron, tenía nueve años. Nos hicimos fotos de recuerdo. Yo he nacido aquí al lado y ver esto otra vez me da mucha alegría”, relataba una vecina.
Y mientras las grúas subían las campanas, los recuerdos se unían a las historias que han quedado en la memoria de los mayores, como la del vecino que “se quedó sin voz” tras esconder “en tiempos de guerra” una imagen de la mágnum de Déu del Patrocini encontrada junto al Carraixet, que se quedó Foios y de la campana que resguardaba la imagen, que permanece en Moncada.
“Tenemos ya una edad y no volveremos a ver esto”, comentaba un grupo de mujeres al tiempo que destacaban que “han quedado muy bonitas, pero sobre todo hacía falta porque la grande – San Jaime- ya no tocaba. Y al inal esto queda para el municipio”, concluyeron.
Tras la restauración, las campanas se han expuesto en la iglesia y “ha pasado muchísima gente a hacerse fotos de recuerdo”, relató el vicario. Un peregrinar de vecinos que ha permitido a la parroquia recaudar una importante cantidad de dinero para sufragar la restauración de las campanas, que cuesta 36.000 euros.
El sacerdote destacó “la alegría” y la sorpresa de los vecinos porque “desde arriba no se aprecia lo grandes que son”. El religioso también comentó al observar el resultado de la restauración que “hacía mucha falta porque el informe de la Conselleria advertía del mal estado pero al desmontarlas nos dimos cuenta de que era mucho peor”. Las campanas volverán a sonar el Miércoles Santo.
La primera en subir fue Santa Inés, que con un peso de 174 kilos es la más pequeña. Le siguió la mayor, la campana de San Jaime que tiene un diámetro de 119 centímetros y un peso de 976 kilos. Se fundió de nuevo con la visita de Juan Pablo II en 1982.
