I., M. - Los bandeadores hacen sonar las campanas y reciben un homenaje
Los bandeadores hacen sonar las campanas y reciben un homenaje
Abel Larrea , concejal de Deportes, lanzó el chupinazo
El Consistorio dio150 euros para cada recién nacido
El concejal de Deportes, Abel Larrea Gorraiz, encargado de lanzar el chupinazo de Artajona, compartió ayer protagonismo con los bandeadores de campanas, que no sólo las hicieron sonar como todos los años de forma manual, sino que además recibieron un homenaje en el ayuntamiento por su labor.
"Las campanadas tienen una larga tradición en Artajona. Ni siquiera mi padre, que también las hizo sonar, conocía en qué momento comenzó esta costumbre", explicaba Ángel Recarte, el más veterano de los bandeadores, con 62 años de experiencia. "Nos vamos relevando para mover dos campanas grandes, entre tres personas cada una, y otras dos más pequeñas, para hacer el repique. Dependiendo del aire, pueden escucharse por toda la comarca", explicaba el artajonés.
Carmen Etayo es la única mujer que se sube a la torre para bandear. "Llevo ya siete años. Como en cada campana estamos tres personas, más que mucha fuerza, lo más importante es tener decisión", afirmaba. José María Zúñiga, artajonés que lleva 56 años cumpliendo fielmente con la tradición, recordaba que en ese tiempo, ninguna otra mujer se ha atrevido. "A ver si se animan más ", añadía Etayo.
Para cuando Abel Larrea se asomó al balcón, la plaza ya estaba a rebosar y se levantaba una nube de harina que los más jóvenes estaban lanzando unos a otros. Una bengala sirvió para prender la mecha, y Larrea, rodeado de humo, gritó: "Desde este ayuntamiento, y en nombre de esta corporación, os deseo unas felices fiestas. Que sean para todos vosotros y para los que no están hoy en esta plaza, unas fiestas llenas de alegría y diversión".
Tras el tradicional "Viva la Virgen de Jesusalén, viva y gora Artajona", la música de la charanga Los aburrecalles se entremezclaba con el estruendo del bandeo de campanas. "Es una emoción que no puede explicarse", era lo único que podía expresar Larrea. Muy emocionado y agradecido, el joven edil dedicaba en especial ese momento a su padre, fallecido hace dos años, a su madre, y "a todos los artajoneses, que son los verdaderos protagonistas de las fiestas".
También el alcalde, Pedro María Egea, confesaba estar muy nervioso: "Espero que el tiempo respete, que se cumplan los horarios y que todo salga muy bien". En cuanto a la programación, el primer edil destacaba la aparición de la nueva comparsa de cabezudos y la donación de 150 euros, además de un pañuelo, a los padres de todos los niños nacidos entre el 1 de septiembre de 2006 y el 31 de agosto de este año. El acto de entrega de esta ayuda económica se realizó tras el cohete en una sala de plenos abarrotada.
Mientras, los gigantes San Saturnino y la Reina Urraca desfilaban por las calles empedradas al son de los gaiteros. El buen ambiente se prolongó toda la jornada.
Numerosos reconocimientos
El Ayuntamiento impuso un pañuelo a la veintena de niños nacidos entre el 1 de septiembre de 2006 y el pasado 31 de agosto. También repartió los premios al concurso de carteles. Las cuadrillas Los Piratas y Los calavera empataron en segunda posición, con un premio de 75 euros. Atxorarbier y cía obtuvo los 150 euros del primer puesto. Por otra parte, y ya una vez iniciadas las fiestas, el salón de plenos se llenó para reconocer la labor de numerosas personas en favor del municipio. Los primeros en recoger los pañuelos fueron los trabajadores del Ayuntamiento y del Servicio Social de Base. Tras ellos, fueron recibidos los presidentes de diversas asociaciones, como la de layas, gigantes, baloncesto, club de jubilados, la de mujeres, moteros o el coro. También recibieron un pañuelo Jeru Larrea e Idoya Muguerza, por su trabajo en el centro de 0 a 3 años inaugurado el año pasado; José Izko Karrika e Inés Iriarte, médico y enfermera titulares de la localidad; el sacristán Rafael Asurmendi; y Jeru Gorraiz, María Jerusalén Ibáñez, Aurea Martínez y Tere Ganuza, por su acompañamiento desinteresado a los ancianos de la residencia.
