Las campanas a restaurar son la Maria de un peso aproximado de 356 kilos y el Pere de 750 kilos, ambas fundidas por los hermanos Roses de Silla en 1942. Se encuentran muy sucias debido a la cantidad de excrementos de paloma y sus yugos de madera originales fueron retirados cuando se electrificaron, lo que favoreció la pérdida de los toques tradicionales y la imposibilidad de poder tocar a mano, así como la transmisión de vibraciones que no son beneficiosas para el inmueble Bien de Interés Cultural (BIC).
Con esta intervención se van a limpiar las campanas para volver a escuchar el sonido original y se les volverán a incorporar yugos de madera según la costumbre valenciana, previstos de ballesta para que puedan ser volteadas a cuerda. También se les va a colocar nuevos badajos de acero dulce que producen un menor desgaste y motores electrónicos de última generación.Parte de esta restauración está subvencionada por la Conselleria de Cultura.
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