Las obras de restauración de la torre campanario de Castelló realizadas por la Conselleria de Cultura, a cargo de la empresa Estudio Método de la Restauración, han puesto al descubierto varios elementos que se desconocía su existencia, como un reloj-calendario de precisión solar y lunar, situado en la ventana de la casa del campanero, Único en la Comunidad Valenciana, y una pieza rarísima en España. Se trata de un hierro sujeto a la piedra con un pequeño orificio por donde entraba la luz del sol y de la luna. En una segunda fase se reconstruirá la pintura con las horas y el santoral.
También ha salido a la luz la policromía del escudo de la ciudad bajo la zona del campanario; la existencia de un foso bajo la maquinaria del reloj; y unas pinturas al temple con carbón que reflejan a un espadachín del siglo XVII , con su sombrero alado, su uniforme con puñetas y su florín, sosteniendo en su mano a un enemigo dibujado en forma de caricatura y en miniatura.
El mal estado de la piedra de Borriol ha conllevado su limpieza y su cosido estructural con barras de fibra de vidrio «porque la piedra estaba reventando en sus fisuras y grietas», segÚn manifestó Marcos Roca, director de la empresa de restauración. También se han rejuntado las piedras con mortero de cal «recuperando la junta gótica en una zona y la barroca en el resto».
Como ya adelantó Levante de Castelló el pasado 26 de junio, los autores del proyecto de restauración de El Fadrí, los arquitectos Francisco Grande e Ignacio Gil-Mascarell, confirmaron ayer que la base de la torre campanario se realizó a partir de 1430 utilizando para ello los escombros de piedra de la primitiva iglesia de Santa María, derruida a raíz de un incendio en 1410. El interior de esta base, hasta una altura de 8 metros -que coincide con la primera cornisa- está relleno de esas piedras -de ródeno, de Borriol y piedras calizas de Segorbe-.
Las obras de construcción de la torre campanario se reanudaron en 1591 a partir de la primera cornisa y se utilizó piedra de Borriol. Las obras finalizaron en 1604, con la construcción del Último escalón, el 191 -tres escalones menos que el Micalet de Valencia-, aunque posteriormente se remató El Fadrí con el chapitel.
En la actualidad el reloj que mira hacia la plaza Mayor es de 1850, aunque el primitivo, de 1600, daba a la calle Colón debido a que el Ayuntamiento de Castelló estaba en el solar de la sede central de Bancaixa. Ahora se puede apreciar la marca en la pared exterior y el agujero por donde pasaba la cuerda conectada a las campanas.
En el exterior de la planta baja de la torre se ha conservado el vítor -conmemoración de una víctoria- de 1677, realizado en pintura almagra en el reinado del Rey Carlos II de Austria, como consecuencia de la reunión de los tercios de la región de Valencia en Castelló para acudir a una nueva batalla en la guerra contra Francia en la zona del Rosellón.
En la cárcel para los presos escolásticos, utilizada como tal hasta mediados del siglo XVIII, se ha conservado el hallazgo de una pintura que representa a la Sagrada Familia, realizada en el siglo XVIII, aunque recrea motivos del siglo XVII. El suelo ha sido reconstruido. Las puertas de acceso a la sala del reloj, la cárcel y la casa del campanero se han restaurado y se han reconstruido las llaves de los primitivos grandes cerrojos. La chimenea servía al mismo tiempo como salida de humos y como enclave para los hilos del primitivo reloj y para el toque de las campanas.
En la casa del campanero se ha recuperado la policromía de principios del siglo XX, blanco y azul, de entre las 500 capas que ha tenido. La primera capa fue gris y la segunda, color almagra. El suelo ha sido reconstruido.
El director general de Patrimonio de la Generalitat, Enrique Esteve, visitó la restauración de El Fadrí e informó de que la Conselleria de Cultura ha invertido entre 1999 a 2001 más de 7,2 millones de euros en la conservación del patrimonio en la provincia de Castelló, más del 50% de la asignación de este departamento.
En El Fadrí la conselleria ha invertido 80 millones de pesetas y tiene previsto destinar otros 20 millones este año para acometer una segunda fase de intervención, en la que se incorporaría la iluminación de la escalera por fibra óptica, la recuperación de las pinturas del espadachín, sita en la sala del reloj, y la creación de un museo didáctico con las piezas halladas, sobre todo en la letrina.
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