Trabajar en restauración artística requiere siempre una especialización bastante elevada. Sin embargo, uno nuca llega a imaginarse al oír el tañido de una campana que ésta puede haber pasado por los talleres de una empresa que se dedica, casi exclusivamente, a la restauración artesanal de yugos de madera y campanas, así como a la fabricación y reparación de relojes de torre y carrillones.
Es el caso de Campa 2001, una empresa torrentina con sede en Massanassa que desde hace 20 años se dedica a todos estos menesteres y por cuyos talleres han pasado las campanas o yugos de iglesias de pueblos de todas las regiones de España.
Quien mejor conoce todos los detalles sobre materiales y funcionamiento de una campana, el director gerente de la empresa, se muestra muy orgulloso de la especialización en este negocio: "Es muy emotivo, por poner un ejemplo, volver a hacer sonar unas campanas que llevan 162 años sin sonar, como era el caso de las del monasterio de Simat de la Valldigna hasta que las reparamos".
Una primera idea de lo que puede ser la restauración de una campana nos lleva a intuir que será una tarea dura y algo rudimentaria. Sin embargo, debido a ciertas razones, este trabajo es completamente artesanal y muy delicado. "Primero hay que desmontarla y bajarla con una grÚa. Si la campana es normal, se lleva a Santander para refundirla y hacer una nueva; si tiene cierto valor y está agrietada, la llevamos a Alemania para que sea soldada. El yugo, normalmente, también hay que restaurarlo, y antes de instalarlas, se gradÚa a la perfección su inclinación y se prueba su resonancia en un campanómetro", afirma el director de Campa 2001.
Imaginar nuestros pueblos sin su campanario resulta casi imposible. Por ello, la Consejería de Cultura, ha puesto en marcha un plan de ayuda a las parroquias para la restauración y la conservación de los campanarios valencianos. "Para un pueblo significa mucho su campanario, y por eso en todo nuestro método de restauración el boletín del gremio de Campaneros del VIII Congreso", añade el gerente.
El anecdotario no podía faltar, y por eso nos narran que en Moya existía la tradición de que las mujeres voltearan las campanas el Día de la Virgen hasta que hace 22 años se rajó la campana. "Cuando montamos allí la campana reparada, subió al campanario una anciana de 72 años que antiguamente había seguido la tradición, y empezó a voltearlas. estuvo todo el rato llorando, embriagada por la emoción", asegura el director.
Recuperadas para el tañido las campanas y los yugos, el badajo vuelve a golpear con fuerza en el alma de la campana y arranca de ella un sonido estremecedor. Es el golpeo peculiar de las campanas valencianas, que aunque no son tan perfectas como las campanas holandesas (las más afamadas), sí expresan más emociones.
Olvidar que la Comunidad Valenciana es la Única región europea donde se voltean completamente las campanas, sería imperdonable. Y es que detrás del tranquilo mundo de los campanarios existe una interesante variedad de costumbres y tradiciones. No obstante, empresas como Campa 2001 velan para que esta magia nunca cese.
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