ABIETAR ZAHONERO, J. - Ya no quedan valientes

Ya no quedan valientes

La tradición de subirse a la campana para voltearla se acaba en Castielfabib

Un hombre subido a la campana de la iglesia de Castielfabib para voltearla
Un hombre subido a la campana de la iglesia de Castielfabib para voltearla

Una tradición centenaria de Castielfabib que ha pasado de abuelos a hijos y nietos está a punto de perderse. Desde hace años, cuando llegaba la Semana Santa y la fiesta de Tejada del 8 de septiembre, varios hombres de la población se dirigían hasta el campanario, ascendían hasta lo más alto y, una vez allí, se subían a la campana y la volteaban agarrados a ella. Pero esto se está perdiendo, ya no quedan valientes.

Uno de los que más veces ha estado subido al bronce es Jesús Asensio. "Empecé a los 15 años al lado de mi padre y lo dejé cuando tenía 42 ó 43". En este periodo de tiempo "habré dado más de 1.200 vueltas agarrado a la campana, es algo impresionante, si no lo vives no puedes saberlo", manifestó emocionado este vecino de la localidad.

En todo este tiempo tiene muchísimos recuerdos. "El cura anterior incluso venía con nosotros, se levantaba la sotana y se cogía a la campana", aseveró. Hasta, añadió, "había una mujer que se subía, aunque no daba vueltas".

Pero es que para voltear la Guillermina (nombre que recibe el bronce) agarrado a ella no sólo hay que estar en buenas condiciones físicas, también hay que echarle mucho valor.

"Hay que agarrarse de una determinada manera, pero en cualquier caso pegarse como una lapa porque desde la campana a la que nos subíamos hasta el suelo hay unos 40 metros de altura, como para caerse", relató este experto en los volteos manuales de campanas.

El protagonista decide


Una vez arriba, el valiente que se sube a la campana es el que decide "las vueltas que quiere dar", dijo Jesús. La cifra más habitual que se pide es la de siete u ocho, "aunque también ha habido casos en que se han dado más de 50 vueltas ahí subidos, es espectacular".

El protagonista también elige hacia que lado quiere girar o si quiere hacerlo primero en un sentido y luego en otro, siempre como él se sienta más cómodo que para algo es el que está arriesgando.

A lo largo de estos años se han superado numerosas dificultades. "Hubo un tiempo en que la campana no estaba muy bien, nos subíamos y aquello crujía que no veas y por todos los lados", señaló Jesús, quien añadió que al final no hubo más remedio que llevarse el bronce para que fuera restaurado y dejarlo en condiciones.

Además, ya que la iglesia gótica de Nuestra Señora de los Ángeles se encontraba cerrada debido a las obras de restauración, "para acceder al campanario teníamos que ir por el castillo y el camino era más complicado".

Sin relevo


Ahora todo ha cambiado. La tradición está dejándose de lado, "cada vez se hace en menos ocasiones porque los que nos subíamos ya no podemos, y los jóvenes tienen la cabeza en otras cosas y no piensan en voltear la campana agarrado a ella". En el pueblo, aseguró, "somos sólo un centenar de habitantes y no es fácil encontrar a personas que quieran seguir subiéndose a la campana".

El cierre de la iglesia gótica de Castielfabib debido a las obras de restauración ha mantenido sin actividad durante un cuarto de siglo el templo religioso. Aunque el campanario es independiente, "es cierto que cada vez se ha hecho menos este volteo, también porque no hay gente para realizarlo".

Sin embargo, después de tantos años luchando por la tradición cualquier rayo de esperanza es bueno. Jesús piensa que esta centenaria tradición "puede retomarse ahora con más fuerza gracias a la reapertura de la iglesia, esperemos que así sea".

Él está dispuesto a poner toda la carne en el asador y "ayudar a todos los jóvenes que quieran y enseñarles cómo hay que subirse y qué es lo que hay que hacer para agarrarse a la campana y voltearla". Un esfuerzo encaminado a recuperar "una tradición que empecé con mi padre, continué con mi tío y que aún hoy, siempre que puedo, sigo con amigos".

Para Jesús sería muy bonito que en las próximas fiestas patronales de Castielfabib, las denominadas de Tejada que tendrán lugar en septiembre, hubiera más jóvenes que lograran subirse a Guillermina y voltearla. Esta tradición centenaria está en estado crítico pero uno de los que más ha luchado por ella no pierde la esperanza de revivirla.

ABIETAR ZAHONERO, J.
Las Provincias (03-08-2008)
  • Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles - CASTIELFABIB: Campanas, campaneros y toques
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