Peligros Hernández, camarera de la Virgen de los Peligros, vivió ayer una jornada llena de emoción, en la que no pudo reprimir las lágrimas de alegría. En todo momento estuvo vigilando el traslado de la imagen, la impecable forma en que fue transportada hasta su camarín, pasando por la plaza de la Paja, para luego colocarle su corona y pendientes, antes de ser introducida en la plataforma elevadora que llega hasta la hornacina. En cuanto la Virgen fue introducida en el portal de la casa, Milagros apretó un mando a distancia que lanzó al vuelo la pequeña campana de bronce que hay situada sobre el camarín de la Virgen. Aprovechó que pasaban por allí los de la Cuarentuna de La Coruña y la Tuna de La Laguna, para pedirles que cantaran algo en honor de la Virgen.
El obispo José Manuel Lorca Planes también se acercó hasta el puente, para bendecir el nuevo entronamiento de la Virgen y dirigió el rezo de tres avemarías.
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