PEDRALS, Joan - Recomendaciones para la restauración de relojes monumentales

Recomendaciones para la restauración de relojes monumentales

Quiero dar aquí unas notas sobre la restauración de relojes de torre, debe verse este trabajo como un punto de vista particular por lo cual de ninguna manera debe entenderse como de obligado cumplimiento.

Trataré sólo de la restauración funcional de las maquinarias destinadas a seguir con su trabajo de informar al pueblo del paso de las horas, no se trata pues de la restauración para exposición en una vitrina de museo.

Como trabajo preliminar se debería fotografiar en detalle toda la instalación en el estado en que se encuentre y elaborar un primer informe detallado de dicho estado.

Intentaremos saber el máximo de detalles sobre la instalación como pueden ser el constructor, la procedencia, el año de construcción, etc. y toda cuanta información podamos encontrar al respecto.

A parte de los grafismos que podamos encontrar en las piezas de la maquinaria, podemos acercarnos a los archivos de la época.

En las máquinas más antiguas, a veces es difícil saber estos datos, dificultad además agravada por el hecho de no existir dos relojes iguales, pero por comparación podemos acercarnos a la verdad.

Debemos revisar también las marcas o referencias de posibles modificaciones que se puedan haber hecho para, si es posible, devolver el estado original a la pieza. No es conveniente, pero, reponer un "foliot" a un reloj que lleve varios siglos con una adaptación de péndulo siempre que esta adaptación esté bien realizada puesto que el péndulo da mucha más exactitud.

Con toda esta información en mano es cuando elaboraremos la propuesta de reparación que debe ser muy meditada sobretodo para máquinas anteriores al S. XIX.

Antes de empezar a desarmar la maquinaria se deben quitar las pesas, recoger y plegar las cuerdas o cables y anotar cada elemento a qué parte pertenece (movimiento, sonería, etc.) puesto que pueden parecer iguales y no serlo.

Procedemos ahora a desempalmar las transmisiones a los martillos o sistemas de sonería y si procede las transmisiones a las agujas de la o las esferas.

Tendremos así la maquinaria aislada de cualquier elemento externo que pueda generar movimiento y provocar algÚn accidente.

Empezamos ya a desarmar los distintos trenes de ruedas, yo acostumbro a empezar por el tren de sonería de las horas.

Antes de desarmar aprovechamos para un primer examen del estado de desgaste de sus piezas.

Para no profesionales de la relojería, será conveniente anotar la puesta a tiempo de sus engranajes.

Podemos empezar a limpiar cada pieza, es conveniente llegar hasta el metal.

Es ahora el momento de observar el estado del dentado de las ruedas, de los piñones, de los pasadores en los piñones de jaula, comprobar si se mueven estos pasadores, los pivotes de los ejes y sus asentamientos en las pletinas, los elementos de retención y disparo, sin olvidar las transmisiones de fuerza de los martillos, etc.

Desarmamos cada grupo y lo limpiamos y revisamos guardándolo separado del resto.

En este momento debemos tener sólo la base de la máquina y será ahora cuando empecemos el proceso de restauración.

Yo acostumbro ahora a montar de nuevo cada grupo por separado y a ajustar todos sus elementos.

Debemos conseguir el mínimo huelgo en cada pieza, cambiando lo necesario para conseguir un movimiento lo más suave posible.

No se debería poner añadidos que no sean originales como puedan ser rodamientos de bolas o rodillos o cualquier otro elemento a una máquina que no lo llevara de origen.

Si se debe sustituir una pieza, se buscará que la nueva no desentone en el conjunto. Así, si la original era de forja, se debería forjar la nueva.

En el caso de sustituir una rueda, ésta debe tener el aspecto de las otras y si éstas en origen fueron talladas por métodos manuales, así deben hacerse las nuevas. Yo acostumbro a usar la tecnología moderna para marcar los dientes, terminándolos a lima y calando las ruedas (si es el caso) de la misma forma.

No sería aceptable, en un reloj de forja, montar una rueda perfectamente tallada por Láser u otro sistema similar.

Una vez que tengamos toda la mecánica reparada, será el momento de dar el acabado final a cada pieza. Las técnicas pueden ser diversas y dependen de la época de fabricación, así los relojes de forja quedan estupendamente protegidos esmaltando sus piezas con un barniz transparente y mate. También quedan bien si sus piezas se pintan en negro mate, yo uso pintura tipo forja. Se deben evitar las pinturas con brillo. No es aceptable la pintura tipo purpurina sea en blanco o en oro para pintar todo un reloj, solo se puede usar para decorar elementos puntuales como molduras o detalles ornamentales.

Se debe poner especial atención porque la pintura puede llegar a frenar la marcha del reloj de forma importante por lo cual debe ponerse en marcha el reloj bastantes días antes de la puesta en marcha oficial para poder detectar los problemas con la suficiente antelación para poder corregirlos.

Ahora podemos plantearnos el tema de las pesas. Estas se deben revisar detenidamente para asegurarse que sus anclajes están perfectamente ya que un desprendimiento puede tener consecuencias imprevisibles (a veces se pasa por debajo para acceder a la sala de la máquina) Se observará detenidamente las pesas de piedra para detectar posibles fisuras y si es necesario se deben sustituir.

Es conveniente anotar su peso exacto en el informe de reparación.

Se debe tener en cuenta la posibilidad de que se hubiera añadido peso para compensar el desgaste. Debemos procurar en estos casos que el mecanismo funcione con el mínimo peso posible.

Para la sustitución es una buena idea el uso de pesas de halterofilia fijadas mediante una base con un espárrago roscado quedando así una pesa de reducidas dimensiones y segura. Otra solución es fundirlas de plomo.

En el sistema de las cuerdas, no es conveniente la sustitución de una cuerda por un cable de acero si el tambor es de madera, ya que el cable acabará haciendo añicos el tambor. En el supuesto de tener de poner cables, se deberá primero poner una camisa metálica cubriendo dicho tambor.

En los casos de relojes con cuerda para 24 horas, y siempre que no se pueda estar pendiente a diario, se puede doblar la autonomía mediante una polea en la pesa (que deberá pesar el doble) y sujetar el extremo del cable a la base del reloj.

El péndulo del reloj debe ser de la forma original. Se puede sustituir su varilla por una de Invar (acero con un 36% de níquel) para evitar los efectos de los cambios de temperatura o en su defecto por una varilla de madera, pero siempre documentándolo y guardando las piezas originales.

De ser necesario se puede añadir un sistema electrónico para el control del péndulo. Existen diferentes sistemas probados y pueden ponerse o punto otros en cualquier momento, pero son a evitar los métodos que sustituyen parte del mecanismo, como por ejemplo el péndulo y escape por un motor paso a paso.

Estas reformas, o cualquiera que se haga sobre un reloj monumental, yo las pinto de color para que sean identificables sin ningÚn tipo de duda.

Un sistema que parece dar resultado (yo no lo he probado) es graduar el péndulo para que adelante ligeramente, frenándolo a tiempos regulares (cada hora) después de contar el nÚmero de oscilaciones a efectuar. Le encuentro el defecto de no dar la hora exacta si la electrónica falla.

Otro sistema que sí da resultados satisfactorios consiste en disponer un pequeño motor de corriente continua que actÚe sobre la longitud del péndulo a intervalos regulares (cada hora) controlando con un PLC su accionamiento segÚn el resultado de la comparación entre el nÚmero de oscilaciones a efectuar y las efectuadas. Este sistema no afecta el funcionamiento regular del reloj en el supuesto de dejar de funcionar la electrónica.

Estos sistemas son aplicables sólo en los casos en que sea totalmente imprescindible y después de agotar todos los medios para lograr la afinación del reloj por los métodos mecánicos, incluida la climatización de la sala del reloj.

Para la electrificación del remontaje de las pesas hay diferentes opciones. Un sistema efectivo y fácil por su sencillez es el montaje de un motor de arranque del tipo automoción adaptado a cada eje del tambor de forma enchufable, se debe poner un conjunto de interruptores final de carrera para el paro cuando el peso esté arriba y para la seguridad. Para la activación hay varias opciones que trataré con posterioridad. Todos estos interruptores deben comprobarse de forma regular. Prever una reserva de cuerda suficiente para el caso de fallo del suministro eléctrico. Este sistema tiene el problema de parar el reloj mientras el motor sube la pesa y no se puede activar mientras actÚe la sonería. Además provoca un esfuerzo añadido sobre el eje del tambor al girar éste durante el remonte.

Se puede hacer un sistema de cadena continua para cada tambor (uno por tambor) con un motor y la pesa y un pequeño contrapeso. Este sistema evita los dos problemas del sistema anterior ya que el motor puede estar remontando y el reloj continÚa funcionando con la fuerza constante de su pesa, además no actÚa sobre el tambor por lo cual no se fuerza el eje.

La corona para la cadena se atornillará sobre el tambor evitando las soldaduras y las modificaciones que dificultarían una posible recuperación del sistema original.

Este es, a mi entender, uno de los mejores sistemas para un remontaje automático.

La forma de activar el motor debe ser por medio de un relé o contactor en configuración marcha / paro (uno por motor) La puesta en marcha puede hacerse mediante un interruptor de final de carrera o mejor mediante un temporizador que lo ponga en marcha a periodos regulares, siendo el paro los interruptores de pesa arriba y de seguridad.

Otro sistema consiste en un motor con una reducción importante (unas 12 rpm) que se acopla al eje del tambor mediante un embrague magnético. El motor funciona permanentemente y sustituye la pesa. Este sistema tiene varios defectos siendo el principal su dependencia del suministro de corriente eléctrica, cosa a evitar siempre.

Los mecanismos de las agujas deben seguir como en origen. Si la esfera original era con una sola aguja, así debe seguir. En ningÚn caso se debe sustituir un sistema mecánico por uno electrónico.

Se debe procurar evitar en lo posible que el eje de transmisión del movimiento de las agujas pueda patinar en alguna de sus uniones produciendo un desfase entre esferas de efecto visual desastroso.

En cada caso la solución será diferente, pero en general se puede evitar este problema haciendo un rebaje plano debajo del tornillo de apriete.

Otro aspecto a revisar es el contrapeso de las agujas, éstas deben permanecer indefinidamente en la posición que se quiera antes de conectar el mecanismo de agujas al reloj.

En las esferas de esmalte, se pueden reparar pequeños desconchados con una mezcla de pegamento epoxi y polvos de talco, pintando (después de secado y pulido) con una pintura del color exacto y textura mate. Probar primero en otra superficie.

No pegar propaganda en las esferas, como máximo el año.

Respetar siempre el diseño original de las esferas.

Se debe revisar el sistema de toque de las campanas, el martillo debe tocar la campana y retroceder inmediatamente mediante el muelle de retroceso. No es aceptable el hacer tocar las campanas eléctricamente en un reloj mecánico.

En resumen la restauración debe hacerse bajo las siguientes bases:

Desde estas páginas me pongo a disposición de quien desee mi opinión ante cualquier proyecto.

Joan PEDRALS
  • PEDRALS I CONESA, JOAN (MOIÀ) : Investigador, escritor, compositor
  • Relojes: Bibliografía
  • Restauración de campanas: Bibliografía

     

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    Actualización: 18-04-2024
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