Santa Eulàlia ha recuperado su pináculo más alto. - Autor: B. R.
La iglesia de Santa Eulàlia, obra genial del gótico mallorquín, el único templo de tres naves que se puede encontrar en Palma –además de la Catedral–, vuelve a lucir después de dos años de complejos trabajos dirigidos a rehabilitar la fachada principal, la torre del campanario y sus pináculos.
"El de Santa Eulàlia es un impecable ejemplo de restauración", aseguró, radiante, el rector de la iglesia parroquial, Antonio Alzamora, durante el discurso que pronunció en el acto central de la jornada de ayer, dedicada a visitar las obras realizadas.
Fue el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, quien encabezó la comitiva de autoridades que recorrió los distintos espacios del templo. Con él iban la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; su predecesora en el cargo, Catalina Cirer; la presidenta del Parlament, Aina Rado; y el conseller de Habitatge i Obres Públiques, Jaume Carbonero, quien afirmó que la iglesia de Santa Eulàlia "había llegado a una situación límite" resultado de "muchísimos años sin trabajos de restauración".
Una recuperación que, como dijo el obispo, no habría sido posible sin la confluencia de esfuerzos entre la Diócesis de Mallorca y el Govern, firmantes de un convenio que incluye hasta 26 actuaciones en diferentes edificaciones del patrimonio eclesiástico, las cuales suponen una inversión de 17,8 millones de euros, de los que el Ejecutivo aporta 11,3 para subvencionar las obras.
El coste total de las obras de Santa Eulàlia ha sido de 1,8 millones. El Govern ha financiado el 60 por ciento del presupuesto. Algunos "imprevistos" han aumentado en 85.000 euros la partida prevista, "una deuda que esperamos saldar", comentó Alzamora.
Después de la Conquesta (1229), Palma se dividió en cuatro parroquias. Santa Eulàlia fue una de ellas. Documentada ya en 1230, las obras e intervenciones se alargaron hasta el siglo XVII. El proyecto de reforma ya concluido y presentado ayer ha tenido como fin corregir los defectos que ha producido el paso del tiempo, suprimiendo los añadidos y eliminando los materiales y mecanismos causantes de su degradación.
Así, se ha actuado sobre las fachadas del templo, los portales, el campanario, pináculos y cubiertas, así como en la protección de los ventanales. En las fachadas se han suprimido elementos impropios como las fijaciones de cableado obsoleto y se ha limpiado y consolidado el marès. También se han reparado las fisuras y se han sustituido los sillares empobrecidos.
En los tejados se efectuaron trabajos de limpieza y de mejora de la estructura de madera de la cubierta principal. En lo que se refiere a los portales, se restauraron todos sus elementos; y en los ventanales, se desarrollaron obras de consolidación y reposición.
El repique de las campanas ha pasado de ser manual a eléctrico. El trabajo en la torre se prolongó por espacio de tres meses y no fue fácil. Una de sus campanas pesa 780 kilos. Las viejas maderas que actúan de soporte fueron sometidas a trabajos de limpieza. Sebastià Gamundi y Bartolomé Bennàssar ejercieron de arquitectos del proyecto.
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