Autor: elperiodic.com
La congregación de Els Lluïsos ha abierto esta mañana el campanario en la octava edición de la Pujada al Campanar
Las puertas de acceso al campanario de Almassora, anexionado a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Natividad, se han abierto esta mañana para recibir a decenas de vecinos que desde primera hora no han querido perder la oportunidad de conocer esta antigua torre con todo detalle. Un año más, ya el octavo, la congregación de Els Lluïsos ha organizado la tradicional Pujada al Campanar, una cita que tiene por objeto dar a conocer un elemento tan característico y emblemático de Almassora con el objetivo de preservarlo en el tiempo.
Sobre las 10.30 horas de la mañana, representantes del colectivo local se han dado cita en el templo para recibir a los visitantes que han acudido hasta la iglesia. Allí, tras una breve explicación y en grupos reducidos, han sido conducidos hasta el acceso al campanario, situado en un ala del templo, para acceder a una escalera que les ha conducido hasta la primera sala de la antigua torre.
María Tormo, regidora de Juventud, ha sido una de las asistentes a esta nueva edición de la Pujada al Campanar “que constituye una actividad interesante y que permite a muchos vecinos y también a visitantes, conocer las características singulares de este campanario”.
Una estructura cuyas características han sido desgranadas por los miembros de la congregación que conducen a los visitantes hasta la primera planta del campanario, donde desgranan las características de un antiguo reloj que se encargaba de marcar las horas en la torre y que hoy en día ha sido sustituido por una moderna tecnología. Posteriormente, los asistentes pueden acceder al segundo de los niveles, el intermedio, en el que se encuentran las campanas que marcan los cuartos y las horas en Almassora.
Así, todos los visitantes que recorran el campanario tendrán la oportunidad de conocer las seis campanas que ocupan la segunda planta de la estructura. La Virgen del Carmen, con 255 kilos y datada en 1914; Rosarito, de 430 kilos datada en 1971; María del Rosario Inmaculada, la más pesada, con 1.220 kilos creada en 1954; así como la más antigua, fechada en 1803 y con 450 kilos de peso.
Un nivel sobre el que se sitúa una planta superior, cuyo acceso resulta más complicado y al que habitualmente no se accede con esta visita. Es en esta planta donde se encuentran las dos campanas más livianas que posee el templo: Santa Quitèria y Santa Bárbara, de 22 y 115 kilos, respectivamente.
A esta visita “están invitados todos los vecinos, pequeños, jóvenes y adultos, que deseen descubrir el campanario o que, si ya lo conocen, deseen volver a acceder hasta el punto más alto de la iglesia de la Natividad, desde donde las vistas son excepcionales”, ha considerado la regidora. Una iniciativa que es posible “gracias al compromiso e implicación de los jóvenes que conforman la congregación de Els Lluïsos, su voluntad e ilusión”. Unos valores “que permiten que hoy todos los vecinos disfrutemos de una actividad tan consolidada como lo es la Pujada al Campanar”, ha considerado la edil.
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