El alcalde de Náquera, el popula Salvador Pérez, ya ha comenzado a decretar las primeras medidas para proteger el campanario de la iglesia, el cual se ha inclinado 30 centímetros y existe un riesgo inminente de que caiga sobre las casas.
Así, y a la espera de que las distintas administraciones se impliquen en este problema, la máxima autoridad municipal comunicará en breve al párroco que las campanas dejen de sonar. "De esta forma evitaremos que las vibraciones que producen los volteos hagan mella en las numerosas grietas que hemos encontrado en toda la iglesia y estas se hagan cada vez más grandes".
De la misma forma, los castillos de fuegos artificiales, tan habituales durante las fiestas patronales, serán suprimidos en las proximidades de la iglesia para evitar cualquier riesgo que dañe la resquebrajada estructura del inmueble.
El Arzobispado de Valencia, propietario de la iglesia de Náquera, ya ha manifestado su intención de prestar su asesoramiento en materia de restauración, tal y como venía haciendo hasta ahora, y afirmó que trabajará junto con el Ayuntamiento para conseguir las ayudas necesarias para acometer las obras.
Por su parte, la Dirección General de Patrimonio aseguró que del Ayuntamiento de Náquera no ha llegado ninguna notificación sobre el mal estado del campanario. "Ni siquiera han enviado los informes que han realizado sobre la iglesia", indican fuentes de esta institución.
A pesar de todo, aseguraron que, al noestar catalogada la iglesia como Bien de Interés Cultural, Patrimonio no es responsable subsidiario de su deterioro o del peligro que pueda haber, sino que es su propietario".
Por otra parte, la Diputación anunció que si el Ayuntamiento les presenta una propuesta para pedir ayudas, es más probable que la conceda dentro del plan de Restauración del Patrimonio Histórico dada la urgencia del problema.
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