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© El Comercio (2011) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 19-04-2024 |
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Las altas temperaturas asociadas al 'veranillo' al que da nombre el arcángel protagonizaron la última jornada de las fiestas
Era dos de octubre, segunda semana de otoño, pero los coches buscaban sombra, porque al sol se rondaban los treinta grados. En la capilla de San Miguel de Dueñas los parroquianos de Castiello celebraron ayer la misa en honor del arcángel, y lo hicieron en medio de una calurosa jornada que hace bueno el hecho de que el 'veranillo' que arrancó ya a mediados de semana lleve el nombre del santo. La única forma de escapar del sol era, precisamente, seguir la celebración, ya fuera dentro o fuera de la centenaria ermita.
Fueron pocos los que pudieron entrar, dadas las pequeñas dimensiones del templo, que según recordó durante la homilía el párroco Maximino Canal fue la primera capilla que hizo de parroquia en Castiello -existen registros ceremoniales del siglo XV-, antes que la de San Pedro de Bernueces. El propio Cuarteto Torner, que se encargó de la parte cantada de la misa con letras en asturiano, tuvo que actuar a las puertas de la ermita, donde también se quedaron cerca de medio centenar de feligreses. No obstante, todos ellos se libraron de los rigurosos rayos del sol gracias a la sombra que proporcionaban dos grandes carbayos. La megafonía permitió incluso a algún vecino seguir la ceremonia, también a la sombra, desde el lavadero situado a escasos metros del templo.
Al finalizar la misa dio comienzo una procesión alrededor de la capilla, portando la imagen del arcángel San Miguel. Se trata de una talla de madera con más de seiscientos años, que se paseó enflorada con claveles rojos. La procesión se acompañó con la música de las gaitas y tambores del grupo Seronda, el estruendo de los voladores y el repique de la campana de la capilla, que daba vueltas al ritmo que marcaba Alfredo Meana, campanero de Castiello durante más de seis décadas que el sábado recibió el homenaje de sus vecinos.
La celebración religiosa se cerró con el Himno de Covadonga y posteriormente dio inicio una sesión vermú amenizada por la banda Seronda y los chistes y la tonada del Cuarteto Torner y que incluyó la ya tradicional rifa del 'gallu'.
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