Todos sabemos que una tormenta de escasos minutos puede arruinar la cosecha y el trabajo de un año entero, pero ¿realmente podemos evitar el desastre?
Desde tiempos inmemoriales existe un anciano toque de campanas llamado Tentenublo, tente nube o tente nubo, que se utiliza principalmente desde el comienzo de la cruz de mayo hasta la de septiembre, a modo de un toque sibilino destinado a romper las nubes que amenazan “piedra”.
Este no es un simple tañido de campanas, tampoco es uno más de los cientos y miles de variaciones de los mismos que conocemos, sino es lo más cercano a un conjuro, un hechizo, donde el hombre una vez más con la intercesión del elemento sonoro más sagrado, intenta vencer, desafiar y modificar a la madre naturaleza. Unos toques que en algunos de los casos se combinaban en lo alto de las torres los sonidos quebrantados y penosos de los bronces, con odas y cánticos declamados e incluso la lectura protectora de los salmos por parte de los presbíteros.
Realmente se convierte en un toque que causa respeto y ponderación, un tintineo que se considera dominador de tormentas y tempestades, que aleja el granizo y que tantas son las personas que tienen absoluta esperanza y convicción en su eficacia. Hoy no voy a ejercer de abogado del diablo e intentar sepultar un repiqueteo centenario y cargado de misticismo, todo lo contrario, voy a creer en él y considerar que no es el simple eco y reverberación del metal el que pueda quebrar o alterar las nubes, sino que la miscelánea del toque de las perfectas aleaciones de cobre y estaño que están consideradas como voces sacras, con el recitar de cánticos y alabanzas sumado al poder de la convicción, crea un conjuro, como si de hechiceros se tratase que son capaces de evitar las desgraciadas adversidades de las tormentas, y conseguir que el esfuerzo de todo un año se convierta en una recompensa.
Tente nube, tente nu
Que Dios puede más que tú
Si eres agua, ven p’acá
Si eres piedra, vete allá
siete leguas de mi pueblo
y otras tantas más allá.
Tente nube, tente nu
Que Dios puede más que tú
Tente nublo redoblado
Que Dios puede más que el diablo
Tente nube, tente en ti
Dios lo quiere y manda así.
Tente nublo, tente nu,
que Dios puede más que tú.
Que el mar es de agua bendita
y el aparejo una cruz.
Detente, nube maldita,
que Dios puede más que tú.
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