Obreros trabajando en la limpieza y puesta a punto de las campanas y los relojes de la histórica Bacílica. - Autor: Dirección Nacional de Arquitectura/InfoGEI
Desde hace varios años, se trabaja en la puesta en valor del histórico templo religioso, tal como lo ordenó Néstor Kirchner ni bien asumió la Presidencia. En los últimos días, se concretaron dos avances históricos: la recuperación de las campanas y los enormes relojes de las torre, que habían dejado de funcionar hace al menos 5 años. Estiman que la megaobra estará concluida para diciembre.
Ni bien asumió la Presidencia Néstor Kirchner ordenó la puesta en valor de la Basílica de Luján, en la provincia de Buenos Aires, dado que el histórico edificio había ingresado en un proceso de paulatino deterioro.
Tras los trabajos realizados desde entonces, la obra ha entrado en el último tramo de refacción, quedando por terminar la nueva iluminación en la fachada y en el interior y el reemplazo del sistema de sonido, por lo que se estima que para fin de año estará concluido.
Paralelamente, continúa la refacción de los edificios anexos, el parque, el cerco perimetral y el sector de estacionamiento. A fin de mes, se hará entrega de la nueva santería y para 2015 está previsto el estudio de las napas para tratar de evitar el deterioro del edificio cada vez que hay inundaciones.
Mientras tanto, los lujanenses ya pueden disfrutar de los últimos dos avances de la monumental obra: la puesta en marcha de los enormes relojes y el no menos gigante campanario, ambos elementos distintivos que durante muchos años estuvieron sin funcionar.
En diálogo con El Civismo de Luján, el arquitecto Guillermo Frontera, jefe de Distrito Capital Federal y Buenos Aires de la Secretaría de Obras Públicas, dependiente de la Dirección Nacional de Arquitectura del Ministerio de Planificación Federal e Inversión Pública, que tiene a su cargo el magnánimo proyecto, dio detalles sobre ambos trabajos.
Según explicó Frontera, primero se restauraron las 15 campanas y después se actualizó la tecnología del campanario. Las mismas, son de origen italiano realizadas con hierro fundido de cañones de guerra europeos. Pesan en total 14.915 kilogramos y están cumpliendo en 2014 sus primeros 90 años. Cada una de ellas lleva un nombre y un lema: expresan distintas notas y tienen un diferente peso.
De acuerdo al nuevo proyecto, las de la torre Oeste son de menor dimensión y se usarán principalmente para los responsos y los llamados especiales que tiene la Iglesia. En la torre Este, se encuentra el gran campanario que marca la hora y los llamados a las distintas celebraciones religiosas, que se activan unos 15 minutos antes de la celebración.
"Eso lo pautamos con el rector de la Basílica. Tuvimos varias reuniones con la empresa subcontratista que restauró el sistema de relojería. Lo que se hizo fue actualizar el sistema y se programó de acuerdo a lo que decidieron los sacerdotes en función de las misas. El sistema de programación permite programar por día, meses o de por vida lo que se quiera. Por ejemplo, se puede programar de aquí a un año en qué momento se tocan las campanas", comentó el arquitecto.
El nuevo sistema permite programar incluso determinadas combinaciones de campanas como así también puede hacer que las campanas no toquen en horarios específicos y posibilitan que se utilice el viejo mecanismo manual.
Los relojes de las torres desde hace 20 días se pusieron nuevamente en funcionamiento. Para eso, debió restaurarse pieza por pieza el complejo mecanismo que, a su vez, se complementa con el sistema de campanas. Se trata de un reloj de estilo inglés de 6 metros de diámetro, traído desde Rosario, que corona las ventanas del campanario.
Por estos días, esa fase se encuentra en período de ajuste y calibración. Este es el motivo por el cual las campanas pueden sonar varias veces al día, incluso fuera de hora, y las agujas de los relojes aún no se ven emparejadas
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