Desde hace unos años, estas costumbres han perdido fuerza y por este motivo la Diputación Provincial de Burgos promueve una muestra de campaneros que tiene como objetivo conservar los toques de campana y promover su transmisión a generaciones futuras.
El certamen alcanza este año su XII edición, con una fase final que se celebró entre las localidades de Salas de los Infantes y Castrillo de la Reina, donde tuvo lugar un homenaje a Francisco Javier Moral, el campanero de este pueblo, que falleció en un accidente el año pasado.
Doce campaneros de Guadilla de Villamar, Villandiego, Talamillo del Tozo, Villamartín de Villadiego, Tinieblas de la Sierra, Humada, Yudego, Puentedey, Revilla del Campo y San Martín de Humada llegaron a la exhibición de la fase final, de un total de 34 personas que participaron en esta edición.
Durante la muestra -la fase preliminar se ha desarrollado en otras tres localidades durante el verano- han podido escucharse los principales toques que han conservado estos campaneros de la provincia de Burgos, algunos ya veteranos y otros, aficionados más jóvenes.
Gracias a esta muestra se recuerdan los toques más extendidos en los pueblos burgaleses, un lenguaje que los habitantes de estas localidades 'sabían interpretar', como afirma Salvador Domingo, jefe de la Unidad de Cultura de la Diputación Provincial.
El toque 'a rebato' o 'a quema', que ponía en alerta a estos pueblos, el 'de difuntos', que además distinguía si el finado era hombre o mujer, o los distintos toques 'de fiesta'. Mención aparte merece el toque de 'tentenublo', que avisaba durante las cosechas de una tormenta. Sobre él existe aún la creencia de que el sonido de las campanas puede llegar a contener las nubes y proteger los cultivos, de manera que la actividad de los campaneros no se limitaba a informar de la hora o de llamar a misa a los feligreses.
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