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© Información (2016) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 25-04-2024 |
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Los técnicos no advierten en los otros siete bronces el deterioro de la sujeción del badajo que provocó que éste se soltara y cayera a la calle
Benissa no sabe vivir sin sus campanas. Todas, excepto la conocida como Rubén, que sigue muda a la fuerza, volvieron a tañer ayer. No era día de echarlas al viento. Pero, cuando se tercie, voltearán. Y sin miedo. Los técnicos, tras desprenderse el Domingo de Ramos el badajo de la citada campana Rubén, revisaron ayer las otras siete de la iglesia de la Puríssima Xiqueta. No descubrieron ningún indicio de deterioro. «Sí, hemos decidido que vuelvan a sonar con normalidad porque, tras examinarlas, los expertos han comprobado que están perfectamente», explicó ayer el párroco de la Puríssima Xiqueta, José Tomás. «La única que no sonará es la que ha perdido el badajo. Pero, cuando pasen estas fiestas (las de Semana Santa y Pascua), la repararemos», avanzó.
El sacerdote indicó que los técnicos atribuyen que se soltara el badajo a que «los pasadores que lo sujetan a la campana estaban deteriorados». El cable de acero que debía garantizar que ese péndulo con cabeza de hierro (pesa unos 20 kilos) no saliera volando «se cortó por la rozadura».
El badajo se desprendió el domingo sobre las 11.15 horas. Cayó a la calle, al Passeig Dolors Piera. En ese momento, esa calle, que da la fachada de la iglesia, estaba desierta. Poco después se llenó de vecinos que participaban en la procesión del Domingo de Ramos y que acudían a la misa. «Por fortuna, no pasó nada», convino ayer el párroco.
El cronista de Benissa, Joan Josep Cardona, recordó ayer que hace muchos años también se soltó y cayó a la calle el badajo de la campana Sant Pere, conocida también como La Grossa, que fue la única que no se fundió durante la Guerra Civil. Como ahora, nadie resultó herido. En cambio, el desprendimiento de una piedra de la fachada de la iglesia a finales de los 60 sí causó la muerte de un niño. La campana que ahora ha perdido el badajo es relativamente moderna. Es una de las cuatro campanas nuevas colocadas en 2001.
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