Leyendas sobre Galicia: Noia y sus campanas del infierno - Autor: losviajesdeclaudia.com
Ya se sabe eso de que “las meigas no existen pero haberlas haylas“ que tanto se dice en Galicia, y es que no sé si será el clima, el ambiente o qué, pero esta región norteña se me antoja misteriosa, oculta e incluso tenebrosa, henchida de leyendas y de historias como la que voy a contaros hoy: el trágico destino de Claudio Guerín, el cineasta que acabó protagonista de su propia película de terror.
En la plaza del Tapal de la villa coruñesa de Noia se encuentra la iglesia gótica de San Martín, que data del siglo V d.C., tiempos en los que esta ciudad, conocida como “el puerto de Santiago”, se hizo bastante próspera gracias al comercio y los recursos pesqueros, éxito cosechado que por otro lado hizo que florecieran celos en Santiago de Compostela, cuyo arzobispado prohibió durante las obras de construcción de la iglesia que ésta contase con dos torres como estaba previsto (pues sólo Santiago podía gozar de este privilegio) amenazando con que catastróficas desdichas acontecerían al que osara desobedecer estas órdenes de la Iglesia.
Lo cierto es que verdad o mentira, a lo largo de los años y pese a muchas tentaciones, esta imposición se fue respetando, dejando así el templo asimétrico, incompleto, renco.
Claudio Guerín fue un cineaste sevillano del siglo pasado del que poco más conocía hasta hace unas semanas que que daba nombre a una calle de mi ciudad, pero mi interés por él dio un giro inesperado tras visitar la gallega Noia y conocer su truculenta historia en ella.
Tras filmar obras como Luciano, o Los Desafíos, mi tocayo se impuso un nuevo reto con “Las campanas del infierno“, sin saber que quien descendería estrepitosamente a los avernos sería su propia persona.
Este título cuenta la historia de Juan, su protagonista, un hombre que tras quedar huérfano es ingresado por su tía en un asilo psiquiátrico, y de cómo al salir de éste retorna a buscarla con sed de venganza, propinándole castigos físicos tanto a ella como a su familia, para acabar desquiciado saltando por la torre derecha de la iglesia de San Martín de Noia, pueblo en el que se rodó el filme.
Como ya debemos saber, no existe tal torre derecha en ese templo, por lo que Claudio Guerín la hizo construir para la película, si no podía ser en piedra, al menos en (cartón) piedra, que fue lo máximo que pudo conseguir. Pues bien, con el rodaje avanzado, estando preparando un plano difícil en las cubiertas de la iglesia, posiblemente esta escena final, resbaló desde la torre y se precipitó al vacío para morir estrellado contra el suelo con sólo 34 años (punto marcado con una cruz grabada). ¿Accidente o producto de la maldición?
Naturalmente este hecho colmó de actualidad aquella profecía de tantos siglos atrás, e hizo que aquellos descreídos habitantes de una de las áreas más supersticiosas de España le dieran una vuelta a todo este pensamiento… ¿tú qué opinas?
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© Los viajes de Claudia (2016) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 19-04-2024 |
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