TRONCOSO DE CASTRO, Antonio - Carencias en la procesión del Corpus Christi
Carencias en la procesión del Corpus Christi
Este año, acompañado por representaciones de diversas órdenes desplazados expresamente y de la Federación Mundial de las Obras Eucarísticas, pudimos vivir la emoción del Corpus y comprobar, una vez más, el milagro del sol venciendo los presagios de lluvia, fiel a la tradición que señala este día, junto con el Jueves Santo y la Ascensión, como el más reluciente del año.
El Corpus en Ponteareas, históricamente, ha sido fiesta religiosa y la procesión, el centro de la celebración. Todo intento de desnaturalizar su sentido constituye un grave atentado a su esencia y a siglos de historia.
La procesión de este año ha tenido, como siempre, la maravilla de las alfombras, los balcones engalanados, el fervor de los vecinos y la lluvia de flores. Un espectáculo de religiosidad única. Sin embargo, salvo la misa, cantada con gran brillantez por la Coral del Sportivo, la ceremonia externa puso de manifiesto graves carencias.
- Ausencias
- Además de algunas ausencias institucionales, lamentamos el silencio del órgano a la salida y entrada del Santísimo; la falta de cantos en la procesión; los cirios acompañando a la cruz procesional; los gaiteros con su alegría; los representantes de cada calle portando el palio; los monaguillos delante de la Custodia, como en todas las procesiones eucarísticas, incensándola, especialmente en los altares establecidos a lo largo del recorrido; la presencia, delante de sus sedes, de una representación del conocido por Colegio de las Monjas y del Centro de la Tercera Edad, como muestra de respeto y gratitud, pues no olvidemos que ambas instituciones han tenido su origen en sendas fundaciones de la Iglesia y por su generosidad, que cedió sus derechos cuando era la verdadera receptora de la donación de las familias González y Fontán/Palacios, hoy olvidadas, cuando se homenajea a gente que nada ha hecho por Ponteareas, alguna, incluso, delincuente.
- Silencio de las campanas
- El Santísimo en procesión, cada vez que atraviese la puerta de la iglesia, tiene que salir y entrar con repique de campanas porque lo exige la liturgia. Omisión que no está justificada, precisamente ahora donde son constantes las agresiones, incluso sonoras, a los sentimientos personales y a las más elementales normas de convivencia. Recorriendo Europa, desde Londres a Salzburgo, es permanente el sonar de las campanas anunciando las celebraciones del culto, incluso Bolonia, durante 50 años gobernada por un alcalde comunista, presume de sus campanas y del concurso entre el medio centenar de sus iglesias.
- Ausencia de salvas
- Otro juicio adverso: la ausencia de "foguetes" a la salida y entrada de la procesión, salvas al Santísimo, en esta tierra donde cualquier celebración se ameniza con estas expresiones que son parte de nuestro paisaje festivo.
- Omisión de himno o de cantos
- Otra omisión, el silencio de la música a la salida y entrada de la custodia. Era obligado el himno nacional y si lo desconocen -nada extraño en este proceso de desnacionalización que vivimos- el viejo himno del Reino de Galicia. Una mediocre actuación, con alguna marcha inapropiada para la procesión.
En resumen, una procesión que, salvo las alfombras, el fervor de la gente y la lluvia de flores que, sin duda es mucho, no cumplió con las exigencias de la liturgia y de la tradición. No olvidemos que la procesión justifica las alfombras. Constituye un contrasentido potenciar aquellas, publicitarlas, si el motivo de su elaboración lo reducimos a un acto de intimidad espiritual, sin la solemnidad que supone para el pueblo la presencia de Jesús Sacramentado en sus calles.
TRONCOSO DE CASTRO, Antonio
Faro de Vigo (14-06-2016)Igrexa Parroquial de San Miguel - PONTEAREAS: Campanas, campaneros y toquesPONTEAREAS: Campanas, campaneros y toquesToques extraordinarios de campanas: Bibliografía
Volver a la página anterior
Menu inicial CAMPANERS DE LA CATEDRAL DE VALÈNCIA
Convertir a PDF