Fin a cuatro siglos de historia
La segunda empresa más antigua de Catalunya despide a casi la totalidad de la plantilla y se mantendrá para gestionar las patentes de Castey, con quien comparte sede
La histórica fundición gerundense Barberí abandona la actividad y pone fin a más de cuatro siglos creando campanas y esculturas. Nacida en Olot, pero actualmente con sede en Riudellots de la Selva, se la considera la segunda empresa más antigua de Catalunya, sólo por detrás de Codorniu.
Sus orígenes se remontan a pleno siglo XVI (nació en 1565). De su taller han salido campanas como la Llibertat (encargo de la ANC) o esculturas como la de Santa Elena, que corona el cimborrio de la Catedral de Barcelona.
Especializada en grandes obras, la crisis le ha acabado pasando factura. No sólo porque la fundición de campanas ha ido a la baja, sino también “porque los ayuntamientos ya no hacen esculturas para los espacios públicos”, explica su propietario, Ramon Castey.
La empresa, que tiene ocho trabajadores, despedirá casi la totalidad de la plantilla. Ahora, se está limpiando el taller y los moldes que se guardaban, que se entregan a los escultores. Barberí cierra la fundición, pero se mantendrá como empresa. A partir de ahora, gestionará las patentes de Castey, dedicada a fabricar utensilios de cocina, y con quien comparte sede.
© La Vanguardia (2016) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 23-04-2024 |