El párroco Joaquín Herrojo, delante de la iglesia de El Cristo de las Cadenas, ayer - Autor: ROJAS, Mario / EL COMERCIO
«Se suprimirá el reloj si lo ordena el Ayuntamiento o un juez», dice el párroco, Julián Herrojo, quien ya tomó medidas para reducir el sonido en 2014
El problema del ruido de las campanas de la iglesia de El Cristo de las Cadenas no es nuevo. Hace dos años, su párroco, Julián Herrojo, ya redujo el horario del reloj y suprimió los cuartos. Sin embargo, una denuncia de un vecino ante el Ayuntamiento ha hecho que la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones abra expediente administrativo a la iglesia y estudie una posible sanción por el supuesto alto sonido de las campanas.
El sacerdote contrarrestó ayer la queja. Actualmente, el reloj solamente anuncia las horas y las medias horas: «Este último toque dura quinientos milisegundos y luego hay otros tantos de silencio. En total, las campanas suenan 99 segundos al día», cifró.
Noventa y nueve segundos que han reavivado la polémica en un barrio en el que muchos vecinos rechazan silenciar las campanas. De hecho, el párroco precisó que «tal vez, el denunciante no ha reparado que el reloj no es una actividad religiosa, sino un servicio ciudadano vecinal que sirve para hacer más agradable y armoniosa la vida del barrio».
Con todo, no descarta su retirada, pero siempre que se lo ordene «el Ayuntamiento o un juez, cosa que hasta el momento nunca me ha ordenado nadie», precisó.
De momento, el Consistorio estudia el caso, después de un técnico, sonómetro en mano, detectara que al menos una vez el sonido emitido por las campanas ha superado los decibelios permitidos por ley.
No es la primera vez. El 11 de septiembre de 2014, Herrojo recibió un requerimiento por parte del Ayuntamiento en el que se le instaba a reducir el horario de repique de las campanas y colocar una sordina después de que una medición corroborara que se estaban superando los decibelios permitidos por la ordenanza municipal. «Sin intención de desobedecer» al Consistorio, a la semana siguiente redujo el horario del reloj, limitándolo a «entre las nueve de la mañana y las ocho de la tarde». Y comunicó al Ayuntamiento los cambios. Sin embargo, un año más tarde el asunto se repitió: «Se volvieron a dirigir de nuevo a esta parroquia en marzo de 2015 para decir que hasta la fecha no se había comunicado alguna rebaja del ruido, ni atendido a las sugerencias del Ayuntamiento», según un escrito. Herrojo sacó al Consistorio del error. Y las campanas no volvieron a 'molestar' hasta la denuncia del vecino.
Por mucho que esta noticia pueda sorprender, los vecinos de La Ería vivieron hace poco tiempo un caso similar. Primero fue la lucha de una comunidad de vecinos y después de una señora para acabar con los ruidos que desprendían los críos del colegio de esta zona. El asunto llegó hasta el Tribunal Supremo y todos los juzgados implicados se pronunciaron a favor del centro. Pero para evitar males mayores desde la Concejalía de Educación se tomó la decisión de cerrar la pista de dicha escuela por la tarde.
Otro de los casos fue el 'Asturias patria querida' que repican las campanas de La Escandalera. Antes se oían desde cualquier punto de la ciudad, pero desde hace tiempo el himno asturiano se oye más bajo. Además, de esta situación no se libra ni el Campo. Una vecina denunció a los pavos por ruido. Claro que no fueron sancionados.
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