El ayuntamiento anticatólico y antivalenciano de Joan Ribó y su equipo la toma nuevamente con todo aquello que huela a tradición, a valencianía o a religión católica. Esta vez le ha tocado a la Iglesia de San Nicolás de Valencia, sita en la calle Caballeros del Cap i Casal.
En la denuncia remitida a la parroquia, el ayuntamiento requiere al titular de San Nicolás a cesar el toque de campanas “hasta que se apliquen las medidas correctoras oportunas”, ya que, al parecer, las campanas excederían el límite máximo de decibelios que permite la ordenanza municipal.
La orden de suspensión inmediata del funcionamiento de las campanas es independiente de la sanción que, según la denuncia, pudiera corresponder, y que con toda seguridad ejecutará este ayuntamiento sectario, parcial y manifiestamente anticlerical.
Contrastan la sensibilidad y agudeza auditiva de Ribó y su equipo de gobierno con la transigencia, permisividad y trato de favor hacia actividades de entidades relacionadas con el catalanismo, el republicanismo, la ideología de género, el sindicalismo de clase o el anticlericalismo más radical.
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