La creación de una escuela de campaneros y la difusión de esta tradición cultural en colegios, fiestas patronales y ferias, gracias a un campanario portátil, pretenden que no se pierda la técnica del toque de campanas en la provincia de Zamora y extenderla por España.
El declive poblacional de Zamora ha repercutido en la pérdida progresiva de personas que sepan los distintos toques de campana, aunque ahora se busca poner remedio a través de diversas iniciativas promovidas por la Asociación Cultural de Campaneros Zamoranos.
Su presidente, Antonio Ballesteros, detalló a Efe que el campanario portátil de 400 kilos de peso que llevan en un remolque por toda la provincia ha permitido revitalizar en Zamora la tradición cultural del toque de campana.
Este campanario ha viajado incluso fuera de la provincia a encuentros de campaneros como el recientemente celebrado en Saldaña (Palencia), promovido por una fundición de campanas con 380 años de historia, lo que da cuenta también de lo arraigado de la tradición del toque.
El germen de la Asociación Cultural de Campaneros Zamoranos se remonta cuarenta años, cuando el maestro campanero de Villarrín de Campos Joaquín Alonso, preocupado por la pérdida de esta tradición, comenzó a promover en pueblos de la provincia el conocimiento y la difusión del toque de campanas.
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