


| Fecha de construcción |
Siglo XVI |
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Descripción |
Tras un espantoso terremoto que asoló en 1522 la antigua mezquita mayor de la Almedina, convertida en Catedral tras la Conquista por los Reyes Católicos, el Obispo de Almería, fray Diego Fernández de Villalán puso en marcha en 1524 las obras para construir un nuevo templo. Poco después de su muerte la Catedral quedó terminada, quedando hacia 1559 sólo la torre con los cimientos levantados hasta escasa altura, la cual fue concluida durante el episcopado del obispo Portocarrero.
La Catedral se presenta como un templo-fortaleza, frente al mar, rodeada de altos muros y flanqueado de angulares torreones y recios contrafuertes. En el ángulo de Poniente se alza la torre-campanario. La torre, además del servicio de campanas, puede prestar el de un fuerte castillo, cuyos fuegos flanquean todo el costado de Poniente y se cruzan con los del primer baluarte octógono del Mediodía. Los del primer baluarte con los del segundo y los de éste con los del castillo hexágono del embocinado y sus tambores, y éstos, a su vez, con los de la torre. Toda la periferia del edificio catedral y curva del embocinado se halla perfectamente guarnecida en todas sus regiones. Los muros, techos, columnas, arcos, bóvedas, todo es de piedra, sillares; no se utilizaron ladrillos, maderas ni mampostería.
En la base hay tres cabezas de leones a cada lado, alguna de ellas tuvo valor de sumidero de las aguas pluviales.
La construcción de la catedral comienza por orden de Fray Diego Fernández de Villalán, obispo de Almería, tras el terremoto de 1522, que destruye el anterior templo (construido en el emplazamiento de la Mezquita Mayor, donde se encuentra la actual iglesia de San Juan) junto a gran parte de la ciudad.
La nueva catedral es presumiblemente proyectada por Diego de Siloé, en estilo gótico tardío, con un diseño a modo de fortaleza que sirva como defensa contra los ataques de los piratas y los moriscos sublevados, siendo así dotada de almenas, torreones, contrafuertes, así como de muros de menor altura, para soportar mejor impactos de artillería, y una cubierta plana sobre la que pudieran montarse cañones. El templo se termina en 1564, presentando ya elementos renacentistas introducidos en la construcción por Juan de Orea.
Durante el Barroco, las actuaciones irán principalmente dirigidas al refuerzo del armamento defensivo del templo. La mayor, en 1620, ante una oleada de ataques de piratas argelinos, en la que se dotará al templo de nuevo armamento, mosquetes y arcabuces. En 1625 y 1635, volverán a organizarse compras de armas y renovación del material defensivo de la torre, ante nuevas situaciones de tensión. Sin embargo, éstas no llegarán a completarse, debido al relajamiento de la situación.
Ya en el Neoclásico se incluyen el claustro, el actual altar y el tabernáculo, cuyo diseño correrá a manos de Ventura Rodríguez. |
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Protección |
Código: (R. I.) - 51 - 0000374 - 00000
Registro: (R. I.) REGISTRO BIC INMUEBLES: Código definitivo
Categoría: 51 Monumento
Nombre: Iglesia Catedral de la Encarnación
Comunidad Autónoma: C. A. Andalucía
Provincia: Almería
Municipio: Almería
Fecha de Declaración: 03-06-1931
Boletín de la Declaración: 04-06-1931
Tramitación: INCLUIDO/DECLARADO
(Fuente Ministerio de Cultura 10/02/2005) |
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Graffitti |
En la parte baja exterior de la torre hay dos grafitos institucionales, en almagra, medio borrados. En uno se lee parcialmente "BARRIO / MANZANA" mientras que en el otro dice "PLAZA / DE ... / CATED... " así como "MANZANA Nº". En el lado orientado a la puerta lateral del templo hay una estatua del Beato Diego VENTAJA MILÁN, obispo de Almería fusilado en 1936, con su correspondiente dedicatoria.
En la parte media de la torre, hay un escudo con una inscripción difícil de interpretar, donde parece leerse "ALANA / QVARTº / I556", posible fecha de construcción de la torre, aunque el 5 de las centenas ha sido cubierto por una grieta reparada.
En la puerta de acceso a la torre, desde la Catedral, pone en relieve TURRIS (Virgen) EBURNEA", esto es Torre de Marfil, procedente de la letanía del Rosario.
En la sala de campanas hay diversas inscripciones pintadas en los muros, que abundan especialmente en el ángulo entre las campanas 2 y 4 donde pudo existir una habitación para resguardo de campaneros, como denota el enlucido parcial de los dos muros y un solado diferente. No obstante estos grafitos son, a primera vista, ilegibles.
Hay un grafito, meramente técnico, en uno de los dos cuartos del reloj donde dice "2 CAMPANAS / 1 Reloj (2 hilos) / 3" |
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Estado original |
En la guerra civil desaparecieron todas las campanas litúrgicas, menos la mayor, que se dejaría para tocar alarmas, y las otras dos del reloj, cuyo papel era considerado más "civil".
No obstante parece deducirse del texto de la campana de las horas que CORONA hizo cuatro campanas y el reloj (o "relox" como él escribe) con lo que puede asegurarse que otras dos campanas, aparte de la mayor actualmente existente serían de este conocido fundidor. Parece seguro que la Gorda actual no sea atribuible a CORONA, pues no coinciden ni la fecha de fabricación ni las decoraciones.
Tras la contienda se fundió una pequeña campana, en 1940, hecha por unos talleres de Almería, TALLERES OLIVEROS, probablemente sin experiencia en campanas. Fue ubicada, sin conocimiento de causa, debajo de la campana mayor, lugar poco adecuado por acústica, pero visible desde la fachada principal del campanario.
Dos años más tarde se fundieron cuatro campanas por Fernando VILLANUEVA SÁENZ, de Villanueva de la Serena (Extremadura), un fundidor de escasa calidad, aunque muy innovador en sus concepciones: las campanas carecían de asas, lo que simplificaba su proceso de fabricación, y tenían yugos de hierro fundido, lo que abarataba costes y aceleraba el proceso. Incluso, en muchos casos, hacía también las campanas de hierro, con un coste veinte veces menor del metal, pero con resultados desastrosos en cuanto a su conservación.
Estos cambios, sin embargo, no tenían en cuenta dos aspectos esenciales en la fabricación de campanas: la calidad del sonido y de la fundición. Las campanas no sonaban demasiado bien, pero la ausencia de asas, la unión íntima a unos yugos de hierro, y la nula separación entre ambos metales y la fábrica de la torre, a lo que debía añadirse el rebaje considerable de los ejes de volteo (con la consiguiente pérdida de potencia sonora), distorsionaban aún más unas campanas de escasa armonía. Si a esto añadimos un bronce mal fundido, los resultados fueron los esperados, es decir campanas de poca sonoridad, que han ido rompiéndose a lo largo de los años. |
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Estado anterior |
En la primera toma de datos, en 1992, algunas de las campanas de VILLANUEVA SÁENZ tenían un yugo nuevo de volteo, así como la campana de TALLERES OLIVEROS, instalados, con sus correspondientes motores de volteo continuo por Salvador MANCLÚS de València. Estas campanas habían sido también dotadas de electromazos trifásicos, para los repiques.
Tres de las cuatro campanas de VILLANUEVA SÁENZ estaban ya rajadas en aquel momento; por tanto las dos mayores no habían sido dotadas de yugo nuevo y de su correspondiente motor. No es improbable que la rotura de estas campanas se debiera, no sólo a la baja calidad de las mismas, sino a una falta notable de conservación ya que la rotura de la campana (5) es característica de un badajo que cuelga excesivamente.
No obstante, la campana (2), a pesar de su rotura, y la consecuente pérdida de sonido, era usada regularmente en los toques. |
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Estado actual |
El proceso de degradación del conjunto ha aumentado, sobre todo por la colocación de rejilla metálica tras las campanas.
Los antiguos electromazos trifásicos han sido cambiados, por empresa desconocida, y en fecha también ignorada, por otros de corriente continua, mal instalados, y de tamaño inadecuado para las campanas correspondientes, seguramente para abaratar costes.
Las dos plantas inferiores presentan restos de decoración de muros, de lo que fue probablemente la casa de los campaneros y otros sirvientes del templo, mientras que el techo de esas salas está ennegrecido del humo. Hay numerosos trastos tirados por el suelo, así como excrementos de aves y muchos palomos muertos.
Entre la segunda sala y la de campanas hay una zona apuntalada, mientras que el techo de la sala de campanas parece haber sido renovado recientemente.
La terraza y la espadaña han sido restauradas, y protegido el suelo de la terraza para evitar la entrada de aguas al inmueble. No obstante quedan elementos sueltos en la terraza (piedras, maderas, hierros, de anteriores instalaciones.
En la restauración de la espadaña realizada por RELOJERÍA VALVERDE, hacia 2006, se soldó una de las campanas horarias, y se puso un mecanismo nemático que levantaba las mazas de las campanas.
Poco después INDUSTRIAS MANCLÚS instaló electromazos en las mismas campanas, anulando el mecanismo neumático.
En 2014 sin embargo CAMPANEROS MURCIANOS repusieron el toque de las campanas horarias mediante las mazas originales por gravedad, posiblemente con un motor eléctrico de tiro. |
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Acústica, afinación de les campanas |
Desde un punto de vista acústico la instalación reciente de las campanas litúrgicas de la Catedral de Almería contiene un cúmulo de actuaciones contrarias a la mejor expansión sonora de las campanas.
Si las campanas antiguas tenían su correspondiente yugo de madera, como lo muestran tanto las del reloj como la mayor, esta solución servía para aislar de la fábrica las vibraciones del bronce (aunque había un cierto contacto a través del eje pasante por el asa central, motivado por razones de seguridad). Asimismo, las campanas de volteo estaban instaladas a cierta altura, probablemente todos los ejes nivelados, de modo que las campanas más agudas, al ser menores, estaban más altas.
La existencia o no de asas para las campanas tiene escasas consecuencias sonoras, siempre que los yugos sean de madera. Sin embargo, en el caso de yugos metálicos, hay diversos elementos que contribuyen a la deformación sonora. Por un lado el contacto directo entre metales, al que se añade la innegable resonancia de los yugos con los armónicos más altos de las campanas, produciendo unos sonidos más "metálicos". Por otro lado, el desplazamiento hacia abajo de los ejes de volteo tiene una consecuencia práctica: se necesita menos contrapeso metálico (puesto que la propia campana se equilibra en parte a sí misma), pero el badajo gira sujeto a diversas fuerzas y torsiones, produciendo golpes menos potentes y secos.
A todo esto cabe añadir la mala ubicación de la campana pequeña, de OLIVEROS, que por su tamaño y sonido debería estar situada, en la sala de campanas, en la más alta posición.
En consecuencia, por los yugos metálicos todas las campanas nuevas ven modificado su sonido, mientras que por la baja posición, la campana pequeña lo expande aún peor.
Solamente la campana mayor, así como las del reloj, mantienen su sonoridad original, aunque éstas últimas, al sustituir los mazos externos, de hierro dulce, por otros de acero, tampoco reproducen sus sonidos originales. |
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Palomas y otras plagas |
La desafortunada instalación de rejilla metálica tras las campanas ha aumentado la suciedad en éstas hasta límites increíbles. No solamente es imposible documentar inscripciones y decoraciones de las mismas, sino que sus sonidos quedan muy afectados, así como su conservación queda en entredicho, por las espesas capas de excrementos a veces mayores de un palmo, que cubren campanas, instalaciones y mecanismos.
Hay aves muertas recientes y numerosos excrementos no sólo en la sala de campanas, aparentemente inaccesible, sino en la primera y segunda plantas de la torre. |
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Campanas |
Parece probable que hubo campanas en los ocho huecos de la torre. Por otra parte, y de acuerdo con el modelo tradicional andaluz y murciano, las campanas mayores estarían fijas, como lo está la única antigua litúrgica conservada (ya que las otras desaparecieron en la guerra civil).
En consecuencia cabe suponer que habría cuatro campanas fijas, que se tañerían mediante badajo, y cuatro de volteo, que tocarían probablemente mediante sogas enrolladas al yugo, del modo que aún se hace en diversas poblaciones andaluzas.
La torre de la Catedral de Almería, tiene ocho campanas, dispuestas en dos plantas. Las seis inferiores corresponden a las campanas de uso litúrgico, mientras que las dos superiores se utilizan para las señales horarias.
El conjunto, muy irregular, está formado por bronces de distinta procedencia, con tres campanas antiguas de gran valor histórico y documental. Hay una campana, fundida en Almería, de poco interés pero con algún valor documental. También existe un grupo de cinco campanas, hechas en 1942 por Fernando Villanueva Sáenz, un fundidor extremeño de baja calidad, como lo prueba el hecho que tres estén rajadas y por tanto inservibles. El conjunto exige una seria intervención para recuperar sus valores estéticos, musicales y documentales.
En la actualidad existen dos grupos de campanas bien diferenciados: las dos del reloj, instaladas en su espadaña y construidas por José CORONA, junto a otras dos y el reloj (que él denomina "relox"), en 1781, y seis campanas litúrgicas, ubicadas en la sala de campanas.
De éstas, solamente la mayor es antigua, de 1805 y autor desconocido hasta la fecha, y permanece fija, mientras que hay otras cinco de volteo, de escasa calidad, tres de ellas rajadas. La menor es de TALLERES OLIVEROS, una empresa local sin experiencia en campanas, que la hizo en 1940, seguramente para suplir la ausencia de las antiguas campanas de volteo, y cuatro más, de Fernando VILLANUEVA SÁENZ, de Villanueva de la Serena (Extremadura) de escasa sonoridad y calidad, de las que tres están rajadas, aunque dos siguen usándose (una entera y otra levemente rota). Este conjunto y sus instalaciones no reproducen los toques tradicionales de Almería.
Nº 1 Cuartos:
Fundida por José Corona en 1781 por encargo del Cabildo, pesa 400 kg aprox. Llamada “Santo Arcangel San Rafael”. Forma parte del conjunto horario de la Torre junto a su hermana la de las Horas que fundió el mismo José Corona. Destaca su epigrafía.
Nº 2 Horas:
Fundida por José Corona en 1781 por encargo del Cabildo, pesa 1800 kg aprox. Forma parte del conjunto horario de la Torre junto a su hermana la de los cuartos que fundió el mismo José Corona. Destaca su epigrafía. Su nombre es “Santa Maria del Mar”
Nº 3 “Santa María”:
Fundida por los Talleres Oliveros en época del Obispo Rodenas. Pesa unos 110 kg.
Nº 4, 5, 6, 7 “San Juan”, “San Indalecio”, “Sagrado Corazón de Jesús”, “Santa Bárbara” respectivamente. Forman parte del juego nuevo de campanas litúrgicas repuestas después de la Guerra Civil en 1940, para el culto de la Catedral. No destacan sus epigrafías. Sus pesos son 190, 380, 465 y 590 respectivamente.
Nº8 “La Gorda”:
Campana salvada del fuego de hornos de los republicanos en la guerra, pesa 1360 kg. Sus epigrafías son un salmo para verlo y leerlo, muy mística. Su fundidor fue Manuel Rosas de Torredonjimeno en 1815 estando la sede vacante. Conserva todos sus elementos originales.
Nº 9 y 10 Timbres Horarios interiores:
La catedral posee dos campanas semicirculares (Timbres) que repetían las señales horarias que el reloj mecánico de Antonio Canseco comprado en 1903 e instalado en 1905 para el cabildo. Dichos timbres sonaban en el interior repitiendo las señales de horas y cuartos de horas para los canónigos de la catedral. |
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Toques tradicionales de campanas |
De acuerdo con las tradiciones comparadas de otras catedrales andaluzas y murcianas, es probable que hubiese diversas campanas fijas, probablemente cuatro, que se utilizarían en solitario para las diversas señales diarias y semanales, y conjuntamente para los toques de difuntos (ya que probablemente las otras cuatro campanas de volteo no se tañerían más que girándolas).
A la altura que están las campanas es muy probable que se volteasen con una soga, como ocurre en la mayoría de catedrales de Andalucía, esto es en un sentido y en otro, solución tradicional que introduce una amena variación del volteo.
Los diversos volteos anunciarían las diversas clases de festividades litúrgicas, junto con distintas señales de las campanas fijas. No es improbable que para el coro diario voltease la campana menor, con el repique de una o dos fijas, las dos pequeñas, mientras que para el domingo ya hubiese otra campana de volteo, y seguramente otras de repique. También es posible que para las segundas clases volteasen las tres campanas menores con el repique de las tres menores fijas. Finalmente, para las fiestas mayores (como el Corpus Christi, Navidad o Pascua, la Virgen del Mar y quizás también San Indalecio), se repicaban las cuatro fijas, coordinándose con el volteo de las cuatro correspondientes.
No hay que olvidar las señales diarias, desde la oración tres veces al día, el coro de mañana y de tarde, así como las funciones menores (rosario, novenas) que marcarían el paisaje sonoro diario de las campanas de la Catedral. |
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Toques actuales de campanas |
Visto el estado de conservación de las campanas, con tres campanas pequeñas de volteo (una de ellas rota) y dos electromazos, uno de ellos para la grande fija, el uso actual del conjunto es bastante limitado, teniendo en cuenta la existencia de otras dos mayores, fuera de uso.
A mediodía hay un volteo de las dos campanas útiles. |
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Toques propuestos de campanas |
Los toques propuestos deben partir de la manera de tocar tradicional, y sobre todo del nuevo conjunto de campanas.
En primer lugar no deben incluirse nunca las campanas del reloj en los toques de carácter litúrgico, ya que aquellas tienen como finalidad exclusiva marcar el paso del tiempo.
Debe recuperarse el toque de las campanas fijas y de las campanas de volteo, en diversas combinaciones, como se hizo en la Catedral de Sevilla, para marcar el tiempo litúrgico: los días ordinarios, los domingos, las Fiestas y las Solemnidades, con un calendario anual en el que se marquen las diversas festividades, con diferentes toques.
La instalación debe reproducir los toques tradicionales y no impedir los toques manuales. Los volteos deben realizarse a la manera andaluza, esto es en un sentido y en otro, como si se voltease con una soga que se enrolla y desenrolla. Esta solución tradicional introduce una amena variación del volteo, que ya practicaron los campaneros antiguos. |
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Actuaciones |
Tras la instalación, en 1940 y 1942 de las nuevas campanas de volteo, antes de 1992 se produjo la sustitución, por Salvador MANCLÚS de València, de los yugos de tres campanas de volteo, con la instalación de sus correspondientes motores continuos. También fueron dotadas con sendos electromazos trifásicos, pesados y lentos, las dos campanas del reloj (dejando los antiguos martillos por gravedad), la campana (3) (la de volteo en buen estado de conservación), así como la mayor (6). Las otras dos campanas de VILLANUEVA SÁENZ, ya rajadas, fueron dejadas sin uso.
En tiempos recientes los electromazos de MANCLÚS han sido sustituidos, funcionalmente, por otros monofásicos, instalados por empresa desconocida, e inadecuados al tamaño de las campanas.
En 2005 la Catedral tomó la decisión de restaurar las dos campanas del reloj, una de las cuales carecía de asas (por defecto de fundición de origen). Se soldaron nuevas asas por LACHENMEYER en Alemania, se limpiaron ambas campanas, y también se renovaron los yugos de madera (en realidad vigas empotradas en la espadaña).
Sobre todo, el conjunto fue dotado de los mismos mazos externos originales, que fueron dotados de mecanismos de tiro movidos por aire comprimido, para recuperar la sonoridad y la apariencia estética históricas, que habían sido modificadas con el añadido de aparatosos electromazos trifásicos. No obstante la nueva instalación no reproduce la forma original de toque, por gravedad, sino que impulsa el mazo, produciendo un toque más agresivo y diferente, a pesar de utilizar los elementos originales.
Los trabajos fueron realizados por RELOJERÍA VALVERDE S. L. de Alcantarilla, a la que asesoramos en algunos aspectos técnicos para ejecutar la restauración. |
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Actuaciones urgentes |
La actuación más urgente, que consistía en la bajada de las dos campanas del reloj, ya ha sido llevada a cabo en enero de 2005. La campana de las horas tenía graves desperfectos en el yugo de madera, debido a su nulo mantenimiento, y solamente el eje pasante de hierro evitó la caída del conjunto. La campana de los cuartos tiene unas falsas asas de hierro, que sustituyen probablemente a las suyas originales de las que debió carecer por defectos de fundición. No obstante, esta solución antigua no planteaba aparentemente problemas de conservación a medio plazo. |
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Propuestas |
Considerando que hay dos conjuntos diferentes de campanas, se trata en consecuencia de dos propuestas diferenciadas.
Como quiera que las campanas del reloj ya han sido restauradas, únicamente sería necesario recuperar el toque original, es decir la caída por gravedad de los mazos, no impulsados como ahora por el sistema hidráulico. Probablemente su mayor tamaño esté pensado para su propio peso, y no para un impulso externo.
Respecto a las campanas litúrgicas, es preciso una actuación enérgica que permita recuperar la sonoridad original del conjunto, la más adecuada para una catedral andaluza. En consecuencia debe conservarse únicamente, tras la restauración del conjunto, la campana mayor, refundiendo todas las demás.
La torre debe ser dotada de cuatro campanas fijas, tres menores que la actual, ubicándolas en los cuatro ventanales centrales, que son precisamente los más anchos. Estas nuevas campanas deberán dotarse del correspondiente yugo, siguiendo el modelo de la mayor. Las cuatro campanas serán dotadas de mecanismos que tiren de los badajos, como las antiguas sogas, al igual que las Catedrales de Sevilla o Murcia, de manera que sean percutidas por el badajo interior, al modo tradicional. No obstante, y dado el tamaño relativamente pequeño de la campana gorda, podría plantearse incluso que las ocho volteasen, aunque algunos toques, especialmente los relacionados con las llamadas a coro (laudes, vísperas) debieran combinar el volteo de unas y el repique de las otras estáticas.
En los otros cuatro ventanales se ubicarán cuatro campanas menores, de volteo, con su correspondiente yugo de madera, y su motor de impulsos, instalados de manera que las campanas pudieran voltearse mediante sogas, a la manera andaluza. Estas campanas no serán dotadas de electromazos.
De ningún modo se ubicará ninguna campana pequeña por debajo de las fijas, tanto por motivos acústicos como estéticos.
En las campanas nuevas, que deberán estar debidamente armonizadas entre sí, y en la medida de lo posible con la campana mayor, deberá figurar necesariamente el sello de la empresa fundidora real, pudiendo figurar también el de la empresa instaladora, con la mención adecuada ("Instalado por...").
Los volteos han de realizarse en los dos sentidos, esto es como si las campanas volteasen por soga, creando así una variedad rítmica mucho más amena y tradicional que el volteo repetitivo siempre en el mismo sentido.
En la medida de lo posible, debe restaurarse el reloj mecánico, para que se encargue de la muestra o esfera, y de las campanas correspondientes. De ninguna manera debe desplazarse a otro lugar de la Catedral, como el museo, puesto que su conservación queda mejor asegurada en su lugar de origen. Tampoco puede aceptarse, por ser contrario a la Ley del Patrimonio Histórico Español y otras leyes similares, la existencia de publicidad en la muestra o esfera del reloj, acepándose exclusivamente el año de reposición de la misma.
El conjunto de campanas litúrgicas estará gobernado por un ordenador, que tendrá introducidos tanto todos los toques, como la programación anual de manera automática. Este ordenador puede encargarse de la puesta en hora y precisión del reloj mecánico, pero debe tratarse de que no lo sustituya, en la medida de lo posible.
Finalmente parece conveniente bajar de la terraza, y especialmente del balconcillo de la espadaña una serie de elementos sueltos (piedras, maderas, hierros) aparentemente de escaso valor pero que en todo caso pueden causar daños por caídas o simplemente por acumulación de suciedad, de manera innecesaria.
Con respecto al reloj debe recordarse que tras las tres campanas antiguas es el único elemento patrimonial de interés del conjunto, y lo coherente sería su restauración y su mantenimiento de modo que funcionase y gestionase tanto la muestra o esfera como las campanas de la espadaña. A ello contribuye su buen estado de conservación, su interés como patrimonio industrial e incluso su ubicación en un espacio propio y cerrado, cuya temperatura y polvo puede controlarse, para disminuir los gastos de mantenimiento y asegurar la precisión del valioso mecanismo. |
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AutorGONZALO ÁLVARO, Juan Ignacio; MOLLÀ i ALCAÑIZ, Salvador-Artemi (29-11-1992) ÁLVARO MUÑOZ, Mari Carmen; LLOP i BAYO, Francesc (03-02-2005) ÁLVARO MUÑOZ, Mari Carmen; LLOP i BAYO, Francesc (26-09-2006) FERNÁNDEZ GIL, Ramón (10-12-2013) |
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