Este fin de semana, coincidiendo con la celebración de la festividad de San Miguel, patrón de Jánovas, la campana ha vuelto a casa y, convertida en un símbolo, ha anunciado su llegada con un prolongado bandeo. Su sonido es como el de antes, han dicho los vecinos de más edad, que no han podido reprimir su emoción al volver a escucharla
Oscar Espinosa, de la Fundación San Miguel, que promueve la recuperación del patrimonio expropiado de Jánovas, ha explicado que durante los últimos 50 años la campana ha sonado en la iglesia de Guaso. Pero se decidió que ya era hora de que volviera a su lugar de origen. La asociación estaba incluso dispuesta a comprar a sus vecinos una campana, pero no fue necesario. "Ellos ya tenían una preciosa, de 1881, incluso más antigua que la nuestra", indica y en estos años se han bandeado las dos.
La Fundación San Miguel contrató los servicios del relojero y campanero Pallás y con una grúa fueron primero al campanario de Guaso y después, al de Jánovas. El traslado era posible. "También hablamos con el Obispado de Barbastro-Monzón, que en todo momento estuvo a nuestra disposición para echarnos una mano", cuenta Espinosa. la semana pasada, la campana salió de su lugar de acogida camino de Zaragoza, donde Pallás le hizo un cabezal nuevo y la limpió. "Este viernes se ha colocado y el sábado la hemos bandeado", añade.
Pasadas las fiestas, el trabajo continúa. Espinosa explica que disponen de una subvención del Gobierno de Aragón para a acometer obras de abastecimiento de agua. "Vamos a hacer unos depósitos nuevos porque el agua que tenemos ahora es muy poca y la instalación está a precario", apunta. Después, el agua y la luz eléctrica, conseguida el pasado mes de marzo, se llevarán a la iglesia.
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