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© ABC (2004) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 18-04-2024 |
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Hoy se cumplen 1.700 años del martirio de Santa Leocadia, protomártir de la persecución desencadenada en Toledo por los romanos, efeméride que se pondrá de manifiesto con la exposición que bajo el título de «A imagen y semejanza» se inaugurará hoy por el arzobispo Antonio Cañizares en el Palacio Arzobispal, dentro del año jubilar de Santa Leocadia.
La exposición reunirá más de 80 piezas de materiales como pintura, escultura, grabado, textil y plata, con alguna excepción en pergamino y cobre, que ilustran las imágenes de los personajes, e incluso en algunos casos se muestran objetos de su propiedad.
Santa Leocadia recibirá en esta exposición, que durará hasta el 10 de abril, un tratamiento especial con algunas de las obras que se han ejecutado en la diócesis por artistas como Pedro Orrente, Blas de Prado y Mariano Maella, entre otros. «A imagen y semejanza» irá acompañada por un catálogo que incluirá una panorámica histórica de la Archidiócesis y una compilación biográfica de los personajes considerados. En el folleto, que incluye un CD-rom, participan más de 50 especialistas, catedráticos y profesores de historia del arte, teología, filosofía e historia.
Para albergar la exposición que hoy se inaugura, el Arzobispado ha realizado una moderna rehabilitación de algunas de sus dependencias, en la calle Trinidad 1, que serán destinadas a sala de exposiciones permanentes.
Santa Leocadia es una de las patronas de Toledo declarada por el propio Concejo, cuya estatua, tallada por Nicolás de Vergara, figura en la fachada interior de la Puerta del Cambrón y cuyo nombre se ostenta en una de las cuatro campanas que rodean a la «gorda» en la torre de la catedral. Desde 1953 el Ayuntamiento guarda una de las llaves de la urna de plata que contiene los restos de la santa en la catedral; entonces se declaró fiesta en la ciudad el 9 de diciembre.
Los venerables restos de Santa Leocadia fueron llevados de Toledo hasta Bélgica a fines del siglo XI y custodiados en el monasterio de Saint Ghislain, hasta que cinco siglos más tarde un jesuita natural de Mora, el padre Miguel Hernández, logró que los monjes se lo entregasen para traerlos a Toledo.
Bayeu perpetuó en uno de los frescos de los claustros de la catedral el cortejo procesional del 26 de abril de 1587 que acompañó la traslación de los restos de Santa Leocadia. Felipe II fue uno de los portadores de la litera en la que iba el cuerpo de la joven mártir. Años más tarde, Vergara y Merino tallaron la urna de plata que conserva sus cenizas.
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