Los trabajadores se preparan para bajar una campana. - Autor: BRÁGIMO, Manuel / EL NORTE DE CASTILLA
Siete campanas descienden de la torre de la Bella Desconocida para viajar hasta Saldaña donde las limpiarán y repararán para permitir después que volteen de forma automática
Los trabajadores se preparan para bajar una campana. - Autor: BRÁGIMO, Manuel / EL NORTE DE CASTILLA
La plaza de la Inmaculada tuvo este viernes una invitada inesperada. Una grúa gigante que se instaló antes de las diez de la mañana y hasta las seis de la tarde no concluyó con su trabajo. Se convirtió en la novedad del día, mientras vecinos y curiosos observaban el laborioso trabajo. Siete campanas -más de la mitad de las que hay en la catedral- fueron bajadas ayer una a una de la torre para ser trasladadas hasta Saldaña y que sean reparadas por la empresa Campanas Quintana (encargada en su día de la rehabilitación de cuatro campanas de La Almudena y de la creación de una nueva para la boda de Felipe VI).
Lo más difícil y lo que ralentizó el resto del trabajo fue lograr sacar y bajar la primera de las campanas, la más grande de todas. Dos horas o más estuvieron los trabajadores hasta que lo consiguieron. Las seis restantes, al ser más pequeñas, salieron con más facilidad rumbo 'al taller'.
La intervención global que se va a llevar a cabo en estas siete campanas de la catedral de Palencia consiste en su limpieza, en una reconstrucción de los yugos de madera, en la revisión de los badajos y en una automatización de las campanas con los equipos de volteo y una central de mando. La Diócesis de Palencia estima que estos trabajos de mejora se prolongarán entre dos y tres meses.
El importe global de este trabajo, que ya cuenta con la autorización pertinente de la Comisión Territorial de Patrimonio, asciende a 50.458, 21 euros. Las campanas llevaban más de dos años sin poder ser tocadas automáticamente, ya que un rayo había estropeado el equipo eléctrico y era necesario hacer la bajada de campanas y arreglar el sistema para que después suenen de forma automática. La primera parte del trabajo, vistoso por su laboriosidad, es el prólogo del que seguirá en el taller.
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