Pero una gran mayoría ignora o ya ha olvidado que en el edificio donde trabajan los legisladores se encuentran instaladas desde octubre de 1931 las campanas más impactantes de la Argentina -o posiblemente de la Región- y que no forman un "campanario" sino "carillón" porque en su conjunto suman más de 22 piezas (número -tope- técnico): específicamente, una treintena.
La noticia: se ha restaurado y hoy deleitará a los citadinos con melodías tangueras ejecutadas en vivo en lo que será en una ceremonia con repeticiones simultáneas en otros puntos del globo, al estilo "Live Earth".
Tan imponente obra se pensó para la inauguración del Concejo Deliberante por su arquitecto Héctor Ayerza, de la constructora Falcone. Se compró por medio de la firma Heriot, representante local de la alemana Weule. Las campanas -que pesan desde 25 kg (el "RE" sostenido) hasta 4800 kg (la nota "LA")- se fundieron en Apolda, Alemania, en la empresa Franz Schilling Sohne. Su composición: 80% cobre y 20% estaño.
Históricamente, este carillón porteño nunca fue utilizado como lo ameritaría su gran estructura (ya que son pocos en el mundo los asemejables y están en apenas siete puntos además de la Argentina, entre ellos, Boston, Australia, Roma, Suiza, Alemania).
Se oyó en 1933, al morir José Guerrico, el ex intendente porteño bajo cuyo mandato fue instalado el instrumento. Luego, hacia 1967 y entre 1979 y 1980, varias veces al día. En 1997 y 1998 también, aunque luego, en 2001, se apagó definitivamente.
Siempre hubo dudas acerca de su correcto emplazamiento. Ayerza pensó en colocarlo en la torre, pero una vez allí, se debió desplazar por cuestiones de acústica y afinación (no se lograba que una de las campanas sonara como se había planificado).
Se lo movió varias veces hasta que se lo ubicó en el lugar que tiene en la actualidad, en la terraza del edificio legislativo, de cara a un patio interno, frente a una hermosa pérgola semicircular. En 1937 se lo quiso trasladar a Parque Chacabuco pero un lustro después se desistió tal plan.
Fue a partir de 1967 que el maestro Carlos María Morelli comenzó a ejecutar el maravilloso grupo de campanas gigantes, cuyo mecanismo es eléctrico y funciona impulsado por martillos que reciben órdenes de un teclado de 30 notas -una por campana- similar al de un piano.
Este músico, organista y técnico asesora en estos días a quienes llevan adelante las tareas de restauración, acerca de su mecanismo y afinación y es quien tocará el sábado 11.
"Es una excitación enorme lo que se siente ver restaurado este carillón. Hace 40 años que vengo a arreglarlo y ver que nuevamente se reactivó el interés por él es muy emocionante", dijo Morelli a Infobae.com quien recordó que hacia los "70, sonaba un rato los sábados y estaba reservado para fiestas patrias o fin de año, momento en que se tocaban villancicos".
Morelli anticipó que durante el evento de reinauguración interpretará "El Choclo" y será acompañado por bailarines de tango. "Se va a transmitir para la televisión alemana, habrá conciertos también en la ciudad de Apolda donde se fundió el carillón, Boston, Australia y se van a escuchar las voces de todas estas campanas", comentó.
Por esas cuestiones que no encuentran explicación más que en la desidia de ciertas voluntades políticas, en 2001 luego de que en 1997 se había realizado una importante tarea de restauración- para la colocación de un aire acondicionado, se desarmó la sala donde se encontraba la consola, que desapareció y se perdieron rollos perforados (por el mismo Morelli y que permitían ejecutar automáticamente el carillón).
En la actualidad, tal como explicaron responsables de restauración pertenecientes a la Unidad Ejecutora de Obras de la Legislatura, el Arquitecto Hugo Sánchez y el Maestro Mayor de Obras Demián Meana ?el equipo está formado además por Norberto Palumbo y Marcelo Pérez, entre otros expertos-, se realizaron trabajos de restauración de tableros, teclado y sistemas, de afinación del carillón. La ejecución está a cargo de la firma CAM Argentina.
"En 2004, los diputados votaron una ley, la 1.444 en la cual se detalla una serie de puntos a poner en valor y uno de ellos es la puesta en marcha del carillón", indicó Sánchez.
Hace más de 3 meses que están encarados los esfuerzos en esta restauración. Una de las principales dificultades fue la afinación ya que el carillón ?que pesa casi 27 toneladas en campanas y 11 toneladas más en estructura- cuenta con un complejo sistema de activación de los martillos. Otra es la práctica misma de este instrumento para su correcta ejecución, ya que como advirtió Morelli, cuando se toca "se escucha en toda la Ciudad".
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