Pacheco fotografió a Hermann Becker en Vigo
Pacheco fotografió a Hermann Becker en Vigo
Escalatorres, hombres-mosca y hombres-araña fueron algunas de las denominaciones que se les dio a unos arriesgados aventureros que recorrían las ciudades, a comienzos de los años treinta del siglo pasado, con el objetivo de escalar los principales edificios, empleando solo sus manos y pies. Por Vigo pasaron algunos de los más renombrados escalatorres del momento, como el portugués Antonio Sousa o el alemán Hermann Becker. Especial mérito tiene el Spiderman luso, que el 27 de mayo de 1934 ascendía por la fachada de la actual concatedral con los ojos vendados. Y tiene mérito porque un año antes, Antonio Sousa se desplomaba desde siete metros de altura cuando escalaba la fachada del Ayuntamiento de A Coruña. «Fue trasladado al hospital, moribundo», se podía leer en La Voz de Galicia al día siguiente. Tardó bastante tiempo en recuperarse de sus heridas e incluso se abrió una suscripción popular para ayudarle económicamente mientras estuvo hospitalizado.
A Vigo llegó acompañado de su esposa, la española María Estévez. No solo subió con los ojos vendados sino que realizó escalofriantes ejercicios de acrobacia, acompañado de su esposa, en lo alto de la iglesia. «Entre las dos torres de la colegiata, María Estévez, presa con los dientes de Antonio Sousa, giró a una velocidad de 150 vueltas por minuto », escribía días después un periodista de El Pueblo Gallego. Cuatro días más tarde, el hombre- mosca portugués también escaló el hotel Moderno, realizando acrobacias en el pararrayos de su cima. Sin embargo, Antonio Sousa no fue el primer escalatorres que ascendió un edificio en Vigo.
En febrero de 1931, el alemán Hermann Becker impresionó a varios miles de personas al ascender por la fachada del teatro García Barbón. Mientras trepaba por el edificio construido por Antonio Palacios, los vigueses ocupaban toda la calle. El arriesgado escalador entusiasmó al público con las acrobacias que realizó en la cima del edificio. Hermann Becker fue uno de los más famosos escalatorres que recorrieron España en aquella época, y protagonizó algunas anécdotas. Solo unos días después, y tras alcanzar la cima de un edificio en la calle madrileña de Recoletos, Hermann se disponía a ascender por la fachada del edificio de Telefónica, también en la capital de España. Momentos antes de iniciar el ataque, fue detenido por la policía. Al parecer, no había solicitado permiso. De hecho, la gran cantidad de espectadores congregados en el lugar, ocasionaron algunos disturbios, obligando a los guardias a caballo a desenvainar sus sables. Posteriormente, ascendió otros edificios.
Los escalatorres recorrían las ciudades españolas, como reflejo de una moda iniciada años antes en Estados Unidos. A parte de los ya indicados anteriormente, los hombres-araña más conocidos en España fueron los portugueses Massa Vaz y Néstor López. El primero protagonizó un curioso incidente días antes de las elecciones municipales de abril de 1931. Massa Vaz ascendió aquel día la fachada del Ayuntamiento de Antequera y, una vez en la cumbre, desplegó una bandera roja e invitó a los vecinos a votar la candidatura republicana. Entre los espectadores que seguían la ascensión se produjo un tumulto, en el que se enfrentaron los seguidores de la monarquía y sus opositores republicanos. Un año antes, la presencia de Massa Vaz en Bilbao provocó que un espontáneo hiciera sus pinitos en la torre de San Antón sin permiso, por lo que fue detenido. Un escándalo similar también se produjo en marzo de 1932, cuando Arredondo ascendía a la punta de la torre de la iglesia del Buen Pastor de San Sebastián. Los espectadores abuchearon al escalatorres por emplear una cuerda en su ascenso.
 |
||
© Del Berbés hacia arriba Historias de Vigo (2012) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 25-04-2024 |
||