instrumento andrógino por excelencia, la campana, gran boca arrojamúsicas, es vaso que fuga menesterosos sones.
los chasquidos de las campanas son documentos más que notas o que acordes, complejas llaves sónicas, clusters que vuelan en barullo cargados de primordialidad, memoria, melancolía.
componer para campanas es urdir vicisitudes oídas ya, forjar contrapuntos espaciales, bultos sónicos repletos de retumbos que se persiguen a sí mismos radialmente, en forma circular, en oleadas, a saltos o en sublimes espirales. es a la postre perderse por fértiles campos analógicos.
música sinodal, para caminar juntos. un concierto de campanas, como diría walter benjamin, es hacerse penetrar por una ciudad a través de la piel. así es: nuestra piel oye, es extendido oído.
ciudad, pues, escuchándose a sí misma: anámnesis colectiva.
© BARBER, Llorenç (1997) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 19-04-2024 |