que la ciudad no es muda lo sabemos todos. constatar la voluptuosidad de su decir y la fugacidad de sus insinuaciones es la materia de este concierto para una habana utópica, un concierto que quiere demostrar la precariedad y contumacia de cierta memoria ciudadana que distraída dormita en sus campanas, vasos preñados de ancestral arte sónico y de muy comunal y antropológico sentido.
atronar el espacio y sacudirlo musicalmente desde puntos distintos (haciendo viajar el sonido y aceptando sus ocasionales paréntesis) para que la vieja habana nos cuente (en compleja y redundante badajada) sus historias (misteriosas, borrosas, míticas, con agujeros negros en puntos clave y todo) es un regar pioneros encuentros sónicos para que pervivan, crecidos y oscuros, en nuestra frágil (?) memoria. es también gozar el eco de un relato que dondonea y transita por las calles de esa habana interior fabulosa y fecunda que todos paseamos por nuestras vidas.
el son de las campanas es omnisciente, mas no lo dice todo a todos: reparte a cada cual (atendiendo a un sutilísimo conjunto de resonancias, afinidades y correspondencias individuales) un trozo de aquello que la ciudad vivió (o creyó vivir), de modo que, juntando todos en un ideal friso de memorias puntuales, se formarían: sonidos de muerte, de ángeles que se van, de crecidas de mar, de piratas que dicen que llegan, de reyes y papas que suben al trono o agonizan y vienen o van, de bodorrios, hambrunas o fiestas mil. y todos esos sonidos y muchos más saltan prontos al sacudir las altas y viejas campanas de una habana que nunca duerme.
este concierto es también un artilugio para encontrarnos, para entre badajazo y badajazo inventarnos la memoria del futuro, un futuro que nos roza y que la música en la calle nos luce común y público. música que, superando el complejo sistema de concupiscencias en que burocráticamente se enreda, quiere hoy liberar creatividad donde sea que ésta se halle. y en este posmoderno hoy en que, seminaufragantes, nadamos, la creatividad y sus semillas de libertad y revolución se halla esparcida no sólo en el arte y sus profesionales sino en todos los hombres. también en los pioneros: hombres-utopía por cuya boca salen verdades como puñetazos. campanas: música humana, social, antropológica, utópica, celestial, que coadyuva a transformar nuestras vidas y nuestro maltratado mundo.
 |
||
© BARBER, Llorenç (1997) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 25-04-2024 |
||