LLOP i BAYO, Francesc - Las campanas de San Bartolomé de Borja

Las campanas de San Bartolomé de Borja

La parroquia de San Bartolomé de Borja tenía dos campanas de distinto tamaño (aunque las dos se llamaban María). La iglesia fue derribada y reconstruida sin campanario; las campanas, si existen, no se emplean actualmente.

La jornada comenzaba con el toque de oración y luego con el de la primera misa. Si era un día festivo, y según la categoría de la fiesta, bandeaban la pequeñica sola, la mayor sola o las dos para las grandes ocasiones. Para bandear la campana grande se empujaba como en otros sitios, pero si había suficiente gente, o el campanero se quería lucir, se sentaba en una madera, encima de la campana, y cuando la bandeaban, ayudaba con los pies.

Para los repiques, desde abajo, los badajos estaban atados a un cuerno de carnero colocado en la pared opuesta a la campana; una cuerda colocada en el centro de la torre se hundía hasta varios metros más abajo, donde un leve tirón producía el sonido deseado.

Los campaneros eran, en realidad, los sacristanes de San Bartolomé: esto justificaba que en las fiestas se "echaban a bando" las campanas solo en el primero de los tres toques: los otros dos se hacían, tirando con las cuerdas desde abajo, y cualquiera los podía hacer...

En las grandes fiestas habían señales para ir indicando a los ausentes las distintas partes de las ceremonias: algo así como una retransmisión en directo que los oyentes (labradores en los campos, enfermos o ancianos) sabían reconocer.

Los toques de muertos eran distintos según la "clase" del difunto, es decir lo que pagaba: se hacían tocando un rato lentamente las dos campanas, y otro rato tocando las "folías" o repique cada vez más rápido de las dos campanas y vuelta a empezar.

Para los muertos no se indicaba el sexo, pero sí para los moribundos: el toque de agonizar constaba como de costumbre con más señales para los hombres (33 golpes) que para las mujeres (32). Decían: "ya tocan a gonizar", pero surge la pregunta de cómo podían reconocer distinta señal, con tatos badajazos y tan poca diferencia entre uno y otro sexo.

Por la tarde se tocaba a rosario, a "exposición mayor" o alguna otra devota asamblea, y se finalizaba la jornada con otro toque de oración que anunciaba la llegada de la noche, y el final del ciclo diario.

Francesc LLOP i BAYO
(1971)
  • Iglesia de San Bartolomé Apóstol - BORJA: Campanas, campaneros y toques
  • BORJA: Campanas, campaneros y toques
  • Toques manuales de campanas: Bibliografía
  • Francesc LLOP i BAYO: bibliografia

     

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    Actualización: 19-03-2024
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