Después de más de 20 intentando mantener el estado de las campanas de la iglesia de San Pedro Apóstol de Moixent, ha llegado el momento de la restauración completa de los bronces, que se encuentran muy deteriorados por el paso del tiempo.
El párroco local, Antonio González, aseguró que desde los años 80 las campanas no se han restaurado. En este periodo, añadió, ‘‘lo único que se hizo fue cambiar los yugos por unos metálicos, los cuales perjudican la estructura del campanario ya que transmiten vibraciones durante todo el tiempo del volteo’’. Por ello, aprovechando las obras en los bronces estos yugos también van a sustituirse.
El bronce más antiguo data del año 1700 ‘‘y fue el único de cuantos había que consiguió sobrevivir a la guerra civil española’’, argumentó González. El párroco explicó también que esta campana está siendo reparada en el taller de una empresa alemana en Bélgica. La campana, señaló el párroco, ‘‘estaba peor de lo que parecía en un primer momento. Tanto que podría haberse roto cuando volteaba’’.
Otro de los bronces ha viajado a Santander, donde será fundida para su posterior reconstrucción con un peso menor al que tenía antes de estos trabajos de restauración.
Uno de los elementos más destacados que va a poder solucionarse con esta actuación el sonido. Con el estado en que se encontraban los bronces, éste era desacompasado y ya tan solo funcionaban dos de las cinco campanas que poseía el campanario por lo que esta actuación se consideraba totalmente necesaria.
Los trabajos comenzaron el pasado 6 de julio cuando las campanas fueron bajadas para ser transportadas a sus lugares de destino donde iban a recuperarse. Antonio González recordó con nostalgia como la localidad ‘‘vive sin campanas desde el pasado 6 de julio’’. Una fecha especial puesto que coincidió con la visita a Valencia del Papa Benedicto XVI.
No obstante, el párroco entendía que era ‘‘una actuación imprescindible por el estado en que se encontraban y hemos aprovechado para sustituir los yugos que mejoren el sonido’’.
González recordó con cariño como cuando se bajaron las campanas muchos vecinos se acercaron a la plaza de l’Esglèsia para poder ver los bronces de cerca. ‘‘Me alegró mucho ver como la gente de Moixent se interesaba por verlas e incluso las fotografiaban para recordar el momento’’, señaló.
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