Los efectos de la globalización engullen poco a poco la sociedad. Este fenómeno ha llegado a la Vall d’Albaida por Nochevieja. El domingo, sólo uno de los campanarios de Ontinyent anunciará el fin de 2006 y el inicio de 2007 en forma de doce repiques. Será el de la iglesia de Santa María, mientras que el resto permanecerán silenciosos para conseguir que todos los vecinos celebren el comienzo del nuevo ejercicio al unísono.
La Colla de Campaners anunciará el año nuevo desde el Campanar de l’Assumpció de la iglesia de Santa María. Esta costumbre de centalizar el inicio del nuevo año en un mismo punto de Ontinyent se instauró en el 2000. Para esta edición, el edificio religioso ya contará con el nuevo bronce dedicado a los santos Abdón y Senén colocado la pasada semana.
Las doce campanas que convierten esta torre en la mayor de la diócesis, comenzarán a voltear a las 23 horas con el aviso del bronce mayor, Petra. Un minuto antes de la medianoche, está previsto que las campanas triples repiquen a un ritmo acelerado y melódico como preámbulo a los cuartos de carácter doble.
A continuación, la Campana de foc, fechada en 1563, será la encargada de dar los doce repiques. Uno más acelerado será el que indique la entrada en el nuevo año 2007.
La novedad de este año vendrá después. “Desde lo alto de la torre se dispararán 50 bengalas que vestirán de luz el campanario de Santa María, algo que se podrá ver desde cualquier punto de la capital de la Vall d’Albaida”, señalaron desde la Colla. Como indican desde el colectivo, “la pirotecnia que se utilizará es totalmente inocua para el edificio, son bengalas de las que se emplean en los correfocs que se lanzarán desde la cúpula superior y que no pueden dañar el monumento”.
Al igual que viene haciéndose desde 2000, año del jubileo, los toques se harán manualmente y tan sólo este campanario realizará las doce campanadas, mientras el resto de campanarios ontinyentins serán desconectados de sus relojes “para no crear confusión”.
Para que los toques puedan realizarse manualmente será necesario desconectar el sistema electrónico que activa los martillos que golpean los badajos. Los campaners se guiarán a través del reloj del ordenador para golpear los bronces en el momento oportuno.
El objetivo es “ver si podemos concentrar a la gente en la plaza del Ayuntamiento como hacen en otros pueblos más pequeños como, por ejemplo Otos, para dar la bienvenida al nuevo año”.
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