Joaquín Mur, al que acompaña su esposa Guadalupe, recibió una placa de manos del alcalde, Eusebio Echart.
Joaquín Mur Puyalto, “el marido de Guadalupe”, recibió el miércoles el homenaje entrañable del alcalde Eusebio Echart, en nombre de todos los vecinos de Campo, agradecidos por la trayectoria de 54 años como “campanero” de la iglesia parroquial. La emoción mutua se embargó del matrimonio cuando recibieron la placa honorífica en medio de todos los feligreses y en presencia de autoridades civiles y eclesiásticas, entre ellas el obispo Alfonso Milián.
Joaquín heredó este oficio del alguacil Antonio Mur cuando falleció y por iniciativa propia se puso a “tocar las campanas” para procesiones, misa mayor, difuntos, siniestros y al “cabo d’año” según explicó a este periódico en el día de la Fiesta mayor y uno de los más importantes de su vida vecinal. Ahora la electrificación de las campanas le ha dejado “sin oficio” señala con buen humor no exento de ironía porque, en su opinión, “los toques no suenan igual y el tono es algo diferente”. El oficio de medio siglo y el hecho de que la ventaja de su casa dé al campanario son “argumentos suficientes” para opinar así.
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