21 escalones de cemento y otras 14 gradas de madera conducen a uno de los campanarios más antiguos de Cuenca: el de la Catedral Vieja.
Desde su altura hacia abajo se observa un túnel, pero hacia el horizonte, el centro de la ciudad se aprecia de manera enigmática.
Una gran campana se muestra para dar la bienvenida, dos medianas están a los lados, y dos más pequeñas en frente. Las cinco hace tiempo atrás fueron protagonistas de un sonido inconfundible en su repicar, pero en la actualidad su melodía no se escucha. Fue en abril pasado cuando sonaron por última vez, por la inauguración de la exposición de arte religioso “ Devoción y Oficio”.
La tradición se perdió, dice Danilo León, guía turístico de la Catedral Vieja. “La razón exacta para su desuso no se conoce a ciencia cierta, tal vez el crecimiento de la ciudad produjo que su sonido no se escuche, el bullicio de los autos y el agitado mundo no permiten prestar mayor atención a parte de la historia”, añade León.
Rosa Quishpe, de 81 años, sale de la iglesia Santo Domingo luego de escuchar misa. Pocas veces acude a éste santuario. Manifiesta que en su época “era bonito cuando se escuchaba el repique de campanas que llamaban a misa, ahora hay que estar viendo el reloj”.
El campanario de Santo Domingo, fue testigo de una de las tradiciones religiosas y que a pesar de todo lucha por mantenerla. En sus 2 torres tiene campanas, 3 a un lado y 2 en la otra. Son 4 medianas y “La Ronca”. Con sus repiques llama a los devotos desde las 06h30 hasta las 18h30. Son de las pocas que aún se mantienen en uso.
En el Centro Histórico, las iglesias del Carmen de la Asunción, San Alfonso y San Francisco, figuran entre las que todavía cuentan con campanarios.
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