ANÓNIMO - Los caballeros del campanario - Contestación al Sr. Florilán: política de campanario
Contestación al Sr. Florilán: política de campanario
Queremos contestarle a su artículo publicado en el periódico del 9 de octubre, en el que se nota que usted está totalmente desinformado; en caso de estar informado, expone su opinión de una manera parcial y trata de confundir a los lectores interesadamente.
Le aclaramos que hace unos cuarenta años existió en la torre de la iglesia de la Asunción, de San Sebastián de La Gomera, un reloj que daba las horas todos los días. Cuando la iglesia fue declarada monumento nacional, la torre volvió a su antiguo diseño y el reloj fue retirado y las campanadas horarias también. Ahora, por arte de magia, hace unos meses vuelven a sonar las campanadas horarias de un reloj inexistente para molestar a los vecinos, sobre todo en horas de descanso; desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche.
Como podrá comprender ahora señor Florilán, no nos oponemos a esas campanadas que llaman a los feligreses al culto sino a las campanadas horarias que suenan sin tener reloj alguno; ya que a las ocho de la mañana no hay ninguna misa.
Lo que la mayoría de los vecinos pedimos es que los fines de semana y días festivos, si esas campanadas deben seguir, que comiencen a una hora más prudente y así no interrumpan el sueño de los vecinos cercanos.
Respecto a la música rock, es solamente un acto de protesta, algo impactante que suena los fines de semana y festivos a la misma hora que comienzan las campanas. La música rock fue la forma más brusca de protestar pues en este pueblo, si intentas hacer las cosas de manera cordial, no hayas solución. Se ha ido a hablar con el cura y no ha querido escucharnos; también hemos acudido a dialogar con nuestro señor alcalde y éste también se lavó las manos. Como último recurso, antes de comenzar a poner música, se hizo una recogida de firmas de vecinos afectados y se presentó una denuncia en el juzgado avalada con dichas firmas sin tener todavía una respuesta. Lo que nos parece curioso es que en la clausura de la Semana Colombina, celebrada en la plaza de la Iglesia, las campanadas se suspendieron para no incordiar a los políticos en sus discursos.
Con esto espero que le haya quedado claro que no nos oponemos a las campanas que se relacionen con actos religiosos, sino a las estúpidas campanadas horarias. Como dijo don Quijote, "con la iglesia hemos topado, amigo Sancho". Amén.
ANÓNIMO - Los caballeros del campanario (Cartas al Director) El Día (02-11-2007)
