A.S. - En Gipuzkoa se han localizado cinco talleres de campanas

En Gipuzkoa se han localizado cinco talleres de campanas

En Hernani, Tolosa, Azpeitia, Azkoitia, Irura y Eskoriatza se hallaron moldes y hornos.

Campanario de Segura desde el que se ve parte del municipio.
Campanario de Segura desde el que se ve parte del municipio.

DONOSTIA. En Gipuzkoa se han localizado cinco talleres de campanas en Hernani, Tolosa, Azpeitia, Azkoitia, Irura y Eskoriatza. "Casi todos los pueblos tendrían el suyo, ya que intentaban fabricar estos instrumentos en el lugar. Las campanas son muy frágiles; con cualquier golpe se pueden romper, con lo que el trabajo se podía perder muy fácilmente", explica Alfredo Moraza, miembro de la sociedad de ciencias Aranzadi.

Los talleres se movían de pueblo en pueblo, según las necesidades, y con ellos se llevaban todos los utensilios y los moldes. A pie de obra construían un pequeño taller con un foso y su correspondiente horno. En Gipuzkoa no había ningún taller estable, sólo se encontraban en grandes ciudades como Londres, París o Sevilla. Los que fabricaron las campanas de Gipuzkoa "seguramente vendrían de Cantabria", según Moraza. Para fabricar las campanas necesitaban unas tres o cuatro semanas, dependiendo de los condicionantes del terreno, el material empleado, así como la cantidad y el tamaño de las campanas.

Se fabricaban a pie de obra, dentro de la iglesia -ya que los centros religiosos son los mayores consumidores de campanas- o cerca de ella. "Si para subir la campana tenían que romper el tejado se hacía", cuenta Moraza. La campana más grande de Segura pesa 1.950 kilos. "Se subían igual que se subían las piedras, no había ningún truco mágico, se montaba una polea o algún andamio y se elevaba a la torre", explica Moraza.

Las campanas son artilugios muy delicados y es habitual que se agrieten. "El material de la campana se suele aprovechar, se baja la campana, se funde y se vuelve a meter en el molde el material original", detalla Moraza. Hoy en día, con las enormes grúas que existen, no supone mayor problema bajar una campana de alguna torre y llevarla al taller para que la fundan y vuelvan a hacer una nueva.

"Con la primera iglesia llegó la primera campana, por lo que las más viejas serán del siglo XIV-XV, seguramente las de Tolosa y Azpeitia", añade Moraza. Pero, por ahora, sólo se han encontrado cinco talleres en todo el territorio guipuzcoano: "Hay que tener en cuenta que se situaron alrededor de las iglesias, es decir, en lugares en los que se han dado muchos movimientos de tierra. Teniendo en cuenta que los moldes utilizados en los talleres eran de barro y que para sacar la campana muchas veces se rompían, es difícil encontrarlos".

En Azpeitia, en la capilla de la Soledad y en Azkoitia, en San Martín de Iraurgi, los moldes encontrados se pueden visitar. Los demás -Hernani, Tolosa, Eskoriatza e Irura- han quedado documentados y se han vuelto a tapar para que se conserven mejor.

A.S.
Noticias de Guipuzcoa (05-11-2007)
  • Arqueología y campanas: Bibliografía
  • Fabricación, fundición de campanas: Bibliografía

     

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