Luis Romero muestra una serie de fotografías de uno de los trabajos más importantes que ha afrontado.
Poco imaginaban los artesanos que se encargaron de realizar la campana de la parroquia de Gabiria los dolores de cabeza que iba a causar su joya cinco siglos después. Expuesta a las inclemencias del tiempo durante muchos años, la roña había provocado una importante raja y nadie sabía quién podía arreglar semejante desaguisado. La solución estaba en el pueblo de al lado, Ezkio-Itsaso, y en las manos de un soldador al que le gusta afrontar grandes retos: Luis Romero.
Los vecinos de Gabiria le propusieron trabajar en el mismo campanario, pero él lo vio imposible. Trasladaron la campana a su taller del polígono industrial Anduaga y, tras investigar acerca de los materiales con los que estaba hecha y consultar con varios campaneros, se puso manos a la obra. Gracias a su trabajo, el campanario de la parroquia vuelve a contar con el elemento que le da vida.
Éste es el trabajo más original que ha afrontado Romero, pero no el mayor: en su día recuperó una pieza de 57 toneladas para la empresa CAF. Este hábil soldador es natural de Pasai Antxo y proviene de una familia de caldereros. Sus dos hijos han seguido sus pasos. En los 80 la empresa de su padre quebró y comenzó a trabajar como comercial de material de soldadura.
Después pasó a soldar matrices de forja con desperfectos y cuando decidió ponerse por su cuenta se trasladó a Ezkio-Itsaso. "Vivía en Irun y me ofrecían locales más grandes de lo que quería. Además, eran muy caros. Al final vine aquí y acerté, pues en esta zona hay muchos clientes potenciales y nos ofrecieron una vivienda atractiva".
Romero y su familia están muy a gusto en Ezkio-Itsaso. "Tengo facilidad para relacionarme con la gente, por lo que me he integrado fácilmente". Mantiene una relación estrecha con los vecinos y las empresas locales. Así, los baserritarras acuden a él cuando tienen problemas con sus tractores y colabora con la empresa Gelmam en trabajos de mantenimiento. También ha trabajado para SFP, GSB o CAF.
Ha afrontado encargos de envergadura y cree que el haber sido comercial de materiales de soldadura le ha sido muy útil. "Tuve que estudiar los catálogos y los materiales y eso me ha ayudado a atacar los trabajos. He tenido que utilizar la intuición, pero hay que tener en cuenta que llevo toda la vida pegado al hierro. También estuve en Estados Unidos y la experiencia fue muy positiva", señala.
De la meca de la tecnología al campanario de Gabiria… "Se plantearon incluso refundir la campana, pero hubieran perdido las inscripciones de la misma. El trabajo estuvo parado bastante tiempo y me daba vergüenza subir a tomar el vermú a Gabiria, por lo que decidí ponerme manos a la obra. Tuve que investigar, pues el bronce de las campanas no se comporta como el industrial. Tiene un alto contenido de estaño y al enfriarse se abre. Ahora afrontaría ese tipo de trabajos con más garantías", comenta Romero.
El soldador no renuncia llevar a cabo arreglos similares, ya que ha acabado enamorado de las campanas. "He conocido al campanero de Amurrio y me ha invitado a una reunión de tañedores. Quiero recabar más información para próximas ocasiones", concluye.
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