Dos técnicos comprueban el estado de 'Santa Ana'
Que las campanas en Quartell forman parte de la vida del pueblo es algo que no se puede poner en duda. No hay más que ver el increíble recibimiento que ha tenido Santa Ana, la campana mayor de la torre de la iglesia de esta localidad tras haber sido restaurada.
De este modo, el campanario, que se había quedado sin sus tres piezas fundamentales, va cobrando vida poco a poco con la instalación de la mayor.
La empresa Electrorecamp se la llevó a mediados del mes de septiembre a Atzeneta d'Albaida, a un taller especializado para su restauración.
Santa Ana tiene tiene un peso de más de media tonelada. Con sus nuevas piezas, esta campana luce un nuevo yugo de madera tropical de iroko, que resiste las inclemencias meteorológicas y que, según los expertos, fue concebida así cuando la crearon.
También cuenta con nuevo badajo de acero dulce para que no ocasione daños irreparables a esta campana que ya lleva más de doscientos años acompañando el día a día de los vecinos de Quartell.
Así pues, la anfitriona de la torre parroquial podrá volver a sonar en breve gracias a la inversión por parte de la Conselleria de Cultura. Una vez estén las tres ya bien colocadas, los vecinos podrán volver a escuchar los toques manuales para las horas y otros avisos.
Por este motivo, su despedida fue tan agridulce ya que, si bien el mal estado las obligó a pasar por una operación de rehabilitación, el hecho de no oír los habituales toques, causó tristeza entre los residentes.
Por eso, los vecinos de esta localidad de Les Valls se han volcado por completo en Santa Ana. Los escolares han salido del colegio para ver este emotivo encuentro y el cura párroco ha bendecido esta campana que luce con más fuerza que nunca.
Eso sí, los trabajos de instalación han sido precisos ya que debido a su gran peso, se necesita de grandes grúas y de mano de obra muy especializada.
Regreso de las otras dos
Aún así, Quartell espera con ansias que regresen las otras dos campanas que quedan, la mediana y la pequeña.
Si todo va según lo previsto, en unas pocas semanas la intermedia podría volver al municipio tras haber pasado el mismo proceso de restauración que se hermana mayor.
Sin embargo, la que más problemas está ocasionando tanto al entorno de la parroquia de Quartell como a sus vecinos es la más pequeña, el tiplet como se conoce popularmente.
Tal es su avanzado estado de deterioro, que los especialistas han determinado que lo mejor es llevarla a un taller muy especializado que hay en Alemania. Lo que ocurre es que no se dispone del suficiente dinero y su rehabilitación parece estar en el aire.
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