Apenas despunta el día, lo cual sucede en Cuba a hora muy temprana, el recién llegado viajero se ve sorprendido en su delicioso despertar mañanero por el alarmante sonar de las campanas, proveniente de todos los ámbitos de la ciudad. En un verdadero desconcierto de sonidos, atruenan el aire cual si se tratara de una general conflagración, y el infortunado viajero se tira frenéticamente de la cama para inquirir si hay alguna esperanza de salvarse de las llamas que se imagina amenazan ya a toda la ciudad. Figúrate, ¡oh, lector!, a tu pueblo nativo con una iglesia en cada cuadra, cada iglesia con un campanario o quizás dos o tres, y en cada campanario media docena de grandes campanas, de las cuales dos no suenan igual. Coloca las cuerdas de estas en las manos de algunos hombres frenéticos que tiran de ellas, primero con una mano, luego con la otra, y tendrás una débil idea de lo que es un despertar en La Habana.
© PICART, Gina (2007) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 29-03-2024 |